CAPÍTULO 6 - ¿DESTINO O CASUALIDAD?

47 0 1
                                    

Siempre he afirmado que los lugares son más fuertes que las personas, el escenario más que el acontecimiento. Esa posibilidad de permanencia es lo único que hace al paisaje o a las cosas construidas superiores a las personas.

-Aldo Rossi.

MIA

Cuando estaba más chiquita la abuela estaba obsesionada con los chequeos mensuales para descubrir el menor peligro que pudiera atacar mi cuerpo. Por suerte nunca presente problemas graves a nivel físico pero los psicológicos siempre fueron un tema aparte. A los siete años me diagnosticaron con Distimia, que es un trastorno de depresión persistente a raíz de un ataque de pánico sufrido donde este casi me lleva al suicidio.

Yo no entendía muy bien qué es lo que estaba pasando, de un día para el otro tuve que empezar a visitar a un psicólogo para tratar de no recurrir a una edad tan temprana a los medicamentos. La psicoterapia ayudo mucho a madurar mis sentimientos, pero un nuevo episodio dio lugar a tener que tratar también con un psiquiatra el cual comenzó a recetarme antidepresivos a los diez años. Al principio se pensaba que todo era hereditario ya que mi madre había presentado TDPM (Trastorno Disfórico Premenstrual), un síndrome bastante común en las mujeres pero poco hablado. A día de hoy se cree que todo explotó en mí por las fuertes emociones que me tocó vivir a tan corta edad y como los temas no se trataron adecuadamente comenzó a afectarme.

Ojala la cosa hubiera terminado ahí, pero no. A los trece comencé otro tipo de terapia en conjunto con la que ya tenía por trastornos alimenticios (bulimia y anorexia nerviosa), poco después decidieron hacerme unos estudios para ver si presentaba TDAH por mi inmensa hiperactividad en esa etapa, gracias al cielo todo salió bien y atribuyeron a mi estado de ánimo eufórico por los antidepresivos y porque estaba entrando en la adolescencia. Comencé a menstruar y bueno, ya sabes. Las hormonas y todo eso.

No tengo ni idea de cómo sigo viva con tanta mierda encima, pero aquí estoy.

Suelo desconectar con la realidad a menudo y por ello creen que tengo TDAH no diagnosticado, la realidad es que no lo sé. Pero si sé que presto atención a muchas otras cosas que a la gente normal le pasa desapercibido. Tengo el oído desarrollado y puedo reconocer la voz de alguien con solo haberlo escuchado una sola vez y un excelente olfato por lo que no pueden engañarme con los perfumes de imitación que aunque se asemejan mucho a los reales para nada son iguales. La memoria fotográfica es otras de mis cualidades y pese a que me ayuda a concentrarme mucho más y retener la información cuando esta está a color, hay ciertas cosas que cuando se presentan en blanco y negro resaltan mucho más.

Como una pulsera de caracoles por ejemplo.

Decido recurrir voluntariamente al insomnio para no ver cosas que no quiero en mis sueños así que decidí distraerme y no tenía nada mejor que hacer que investigar a la persona que estuvo stalkeando mi perfil. Obvio no creo que sea la primera vez que alguien haga una cosa como esa, sin embargo nunca antes nadie había sido tan descuidado. La cosa es que no pude descubrir mucho, investigue todas las cuentas que seguía y que eran publicas pero este chico no salía en ninguna foto o al menos no que yo me haya dado cuenta porque obvio no lo conozco, pero no estaba etiquetado así que decidí que simplemente no era ninguno de los que aprecian. También descubrí que se seguían mutuamente con Maya pero obviamente no iba a ir hasta su puerta para preguntarle si conocía a un tal Alan.

Había una fotografía en especial que me llamo la atención en su perfil pero no le di mucha importancia ya que al chico no se lo veía bien y solo mostraba su perfil. Espero y estar equivocada porque de lo contrario confirmaría mis sospechas al pensar que la vida sí que es una mierda cuando se lo propone y resulta ser que siempre se lo propone conmigo.

MATICES BLANCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora