Encontrada

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Pasaron dos días de lo ya antes sucedido, Pandora iba a la casa de Linda para cuidarla, pero, con lo que le dijo se sentía muy cercana a ella.

—Pandora.

—Umm? Dime?

—Sé que lo repito mucho, y odias un poco que repita las cosas, pero.. perdón... Yo, bueno, me sentí muy aturdida, y por eso te había dicho eso por teléfono—Pandora comenzó a reír levemente.

—Qué te hace gracia? —dijo también riendo.

—Te ves tan adorable disculpándote de cosas innecesarias. Escucha, no te disculpes por algo natural, tus emociones estallaron e hicieron que te me confesaras—sonrió de forma un poco burlesca.

Linda se había puesto muy sonrojada y escondió su cara con las sábanas, Pandora rápidamente le quitó la sábana de encima y rió dándole un beso en la frente.

—Entonces.. qué dices...?

—El qué?

—Me gustas! Ya te lo dije—se cruzó de brazos avergonzada.

—Jajaja, pequeña, cómo decir no?—Linda volteó a ver a Pandora muy feliz y de golpe la abrazó, la agarró del mentón y la besó.

De repente abrieron la puerta, era Bárbara quien fue a ver cómo se encontraba su hermana y se sorprendió.

—OOOOHHHH!!! MI HERMANITA LO HIZOOO!!—gritó de felicidad brincando.

Ambas chicas se separaron del susto, se miraron una a la otra y rieron.

Por otro lado, los oficiales seguían rastreando el paradero de Pandora, un policía se dirigió a la carretera, y notó marcas de neumáticos.

—Oigan! Creo que encontré algo para seguirla!!—todos los oficiales alertados fueron corriendo hasta su compañero.

—Esta es.. esta es!! Esta es la pista que nos hacía falta!

—Relaja los parásitos un momento imbécil, una carajita de 14 no puede conducir!—golpeó la cabeza de su compañero tratando de hacerlo razonar.

—AUCH! HEY! Y qué sabes tú si sabe, EEEHH?!

Comenzaron a seguir el rastro en sus patrullas policiales y llegaron hasta las casa de Linda.

—Es aquí?

—Pues, aquí termina el rastro.

Tocaron la puerta y la madre fue a atender, pero se detuvo al escuchar..

—Policía! Abran la puerta! Nos veremos en la obligación de tumbarla si no lo hacen!!

La madre de Linda quedó tiesa al escuchar eso, el padre se acercó y la alejó de la puerta rápidamente. Desde el cuarto de Linda se escuchó al oficial y se preocuparon, bajaron las escaleras.

—Q-qué pasa?—preguntó Linda en voz baja.

—Creo.. creo que nos encontraron

—Qué?! Pero si Pandora no dejó rastro alguno!—alertó Bárbara.

—Debieron dejar algo y-

—ABRAN LA PUERTA!!

—MIERDA! Qué vamos a hacer?

—Yo inicié esto, debo terminarlo...—Pandora se dirigió a la puerta y la abrió.

—Pasa algo?

—Usted es... Pandora Flores González?

—Emmm.. si, por qué, pasa algo?

—Queda detenida por asesinato a dos jóvenes, debe acompañarnos...

—Asesinato? Discúlpeme, pero, yo no he asesinado a nadie.

—Encontramos una casa hecha cenizas y dos cuerpos quemados, dos chicas fueron a dar una demanda en su contra.

—Espere, dos chicas?

—Unas gemelas, dijeron que tú las amenazaste de muerte si hablaban, y que tú asesinaste a esos chicos

—Hijas de puta...—dijo Pandora en voz baja.

—Discúlpeme pero yo no tengo nada que ver. Pero, quiénes eran los cadáveres?

—Sebastián Bergara y Samara García.

—Sebastián y Samar—Bárbara rápidamente abrió más la puerta y alargó.

—Sebastián y Samara, yo los conozco.. hace unas semanas advirtieron que se suicidarían juntos, en una casa abandonada y quemados, fueron muy detallados. No les creímos, no les dimos mucha importancia, pero ya verá, si pasó. Mi amiga no tiene nada que ver...

—Tenemos prueb-

—Además... Sebastián en maldito impertinente, me violó bajo efectos del alcohol, y también a muchas chicas en el liceo que estudiaba. Una de ellas mi hermana, casi es abusada pero mire fue pila!

—Qué carajos le pasó a esa chica—apuntó a Linda.

—Esa, esa que ves ahí, esa es mi hermana, quien trató de defenderse pero esa escoria la golpeó brutalmente

—...

—Qué pasa? Le mordieron la lengua? Este país tan corrupto cómo la ley...—de golpe cerró la puerta y trancó con seguro.

Suspiró profundamente y caía lentamente aferrada a la puerta hasta caer al piso.

—Joder, joder, joder!!! Cómo mierda hice esoo?!

—Nos sacaste de un pleito muy grave Bárbara... Entrenaste fuera del país o por qué ahora eres experta engañando?—rió nervioso el padre.

—Aaahh... No tengo idea papá.

—Esas hijas de... De su mamá hablaron a pesar de mi amenaza..

—Hey, relájate, no queremos otra denuncia por dos asesinatos más—dijo de forma burlesca.

Luego de unas horas, Pandora seguía cuidando a Linda, la curó de sus heridas. Pasaron toda la tarde juntas pero ya estaba anocheciendo, así que Pandora debía regresar a casa.

—Adiós mija, cuídate!—se despedía la madre mientras Pandora la abrazaba y hacía señas con las manos para despedirse, pero de repente Linda llegó por detrás a abrazarla.

—Cómo puedo agradecerte todo lo que haces por mí...? No he hecho nada para devolverte el favor—dijo apenada.

Pandora se volteó y la miró fijamente, la tomó de los hombros y le susurró.

—Hasta mañana, cariño...!

Se fue alejando despidiéndose y Linda quedó totalmente ruborizada.

Continuará...—

Amor ClandestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora