Atrápame

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Cuando Pandora se fue alejando, se sonrojó mucho, comenzó a sentir una atracción muy fuerte en Linda. De repente, hundida y distraída en sus pensamientos, una mano con un pañuelo se postraron en la boca de Pandora. Ella sorprendida trató de defenderse, agarró de los hombros a la persona estando de espaldas, y con fuerza lo pateó en la entrepierna. Se liberó y comenzó a correr rápido, el hombre estremecido comenzó a perseguir a Pandora.

—ATRÁPENLA!!—gritaba el hombre.

Otros más salieron de la oscuridad de la calle y comenzaron a perseguir a Pandora, el sonido de las esposas rebotando le sonaban a Pandora, ahí se dió cuenta que eran los oficiales que les había abierto la puerta, exaltada comenzó a perder fuerzas, el líquido que traía el pañuelo era muy fuerte, había una línea de basureros que impedían pasar, ella con esfuerzo y rapidez los saltó, dió una vuelta en el piso y volvió a levantar corriendo de nuevo, los oficiales por otro lado evadieron el obstáculo y se fueron por las aberturas que habían volviendo a perseguirla. Corrieron unas cuadras y Pandora pensando rápido se metió a un callejón sin salida, había una pared con huecos, al verlo se volteó y vio a los policías tras ella, con las pocas fuerzas que le quedaban, corrió y ágilmente trepó la pared guiándose por los huecos, dió un pequeño salto y cayó al piso, se sentó y respiraba fuerte y agitada. Los policías se detuvieron.

—Por el otro lado, VAMOS, HAY UN ATAJO, RÁPIDO!!!

—Mierda...—pensó en voz baja.

Se levantó del piso con la mano en el pecho apretó los labios para no respirar por la boca y salió corriendo, los hombres llegaron rápidamente y la buscaron con la mirada.

—ALLÍ ESTÁ!—alertó un oficial.

Volvieron a correr tras ella, Pandora tratando de defenderse lanzó unas cajas con objetos dentro para impedir el paso, los hombres saltaron las cajas y Pandora había llegado a un río, se detuvo a punto de caerse, su corazón latía con fuerza, escupió y respiró ondo, miró para atrás miró el río, sus ojos pesaban, cayó al piso y se desmayó. Los oficiales la agarraron y llevaron a la estación.

Pandora despertó luego de 2 horas, miró sus manos atadas con esposas encima de una mesa, sus pies estaban atados a la silla, impedían que se moviera, miró al frente y vio al oficial al que le había abierto la puerta.

—Al fin despiertas..—decía con las manos cruzadas y mirándola fijamente.

—Qué quiere de mi!?

—No te hagas la víctima, sabes perfectamente lo que hiciste, pequeña—entre cerró los ojos buscando intimidar.

—Ya.. ya le dije que yo no fui...—bajó la cabeza suspirando.

El oficial se levantó lentamente de la silla y le levantó el rostro a Pandora, movía su cara de un lado a otro, inspeccionando si tenía alguna herida, tenía una mancha de sangre al costado de su boca, sin embargo no se la removió.

—Sabes... Eres muy rápida—soltó su cara rudamente, y se puso detrás de ella tratando de hacerle presión acercando su cara a su cabeza.

—Cómo diablos aguantas tanto? Corriste mucho incluso si te coloqué alcohol antes, y ahora, aguantas mi presión. Me sorprendes chica..—reía de forma burlesca.

—No me conoces...—escupió un poco de sangre en la cara del oficial.

—AHGG!! BASTARDA!—golpeó con ira a Pandora haciéndola escupir más sangre, mientras el oficial se limpiaba.

Pandora agitada respiraba con fuerza, subió lentamente la cabeza mirando de forma penetrante al oficial.

—Perrita con suerte.. te destrozaría su pudiera... Oh, espera, SÍ que puedo—agarró de la mandíbula a Pandora, ella en su defensa, inclinó la cabeza hacia atrás y con fuerza se disparó hacía adelante haciendo que golpeara su cabeza contra la cara del oficial cayendo al piso.

—QUÉ CORRUPTO ERES MALDITO IDIOTA! POR TU CULPA ESTE PAÍS ESTÁ CÓMO ESTÁ!!

El oficial se levantó del piso y ordenó que la soltaran.

—Qué vas a hacer? Lo mismo de siempre?—preguntó su compañero.

—Pongan a la zorra contra la mesa.

Cuando estaban por poner a Pandora indefensa entró el jefe.

—Qué carajos pasa aquí? Escuché a una chica gritar—el jefe miró lo que pasaba y supo lo que hacían.

—Jonathan.. te he dicho que dejaras de hacer esto! Te dije que está sería la última, maldita sea!!—golpeo el piso con su pie.

—D-disculpe... Ehhh.. encontramos a la chica, s-señor.

—A la chica?

—La que tenía 14—le refrescó la mente otro oficial.

—Continuará...—

Amor ClandestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora