La fuerza

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Cuando me pregunten por la fuerza que hace mi mundo girar les hablaré de esa chica que me hace sentir que sigo vivo, que tanta tinta tonta hace que me olvide de lo que de verdad importa, y es que todo lo que tuve, te lo di, eso no lo dudes.
Al llegar a la plaza, a mi garganta le dio por cantar, y me puse a gritar dónde estás, a mis ojos les dio por sentir y cayeron de ellos lágrimas, a mi piel ya le dio por huir, y tembló cada poro, sin nadie que me abrazara y me dijera "todo irá bien" pero no, nadie lo hizo, porque no era cierto. Tú no estabas allí, no viste mi mitad triste, ni mis despistes, no fuiste muro contra los embistes del desprecio, del cansancio, del prejuicio, y es que qué me ampara hoy, si no te tengo más que en mis sueños, mis deseos, sabiendo que lo di todo pero no ha servido, se apagaron los focos, se cerró el telón, y ya solo soy un loco más en su salón, sin inspiración porque esa fuerza que hacía girar a mi mundo, se marchó, lo detuvo todo sin antecedentes del desahucio que me esperaba.
Aprobó el Parlamento Europeo una ley a favor de abolir el deseo que me llevó a la trena por no saber dejar de desearte y, años luz de la rutina anidaría una golondrina en tu balcón porque la revolución tenía un talón de Aquiles que se llamaba, casualidad de la vida, tal y como te llamas tú y así, a muchos años luz menos de la rutina que se acercaba, enviudó una golondrina en mi balcón.
Y así todo se paró, y me abandoné como se abandonan los zapatos viejos, y destrocé el cristal de mis gafas de lejos para no ver el futuro sin ti, y traté de sacar del espejo tú aun vivo retrato, y perdí la calma con la cocaína, volviéndome loco poco a poco con más prisa que pausa y así se acabó todo, aunque ninguna de las dos quisiéramos, ya nada volvería a ser como antes. 

Nuestra historia (sin ti)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora