Nuestra historia (sin ti)

Ansiedad

Cuando me pregunten por mi ansiedad, les diré que viene a visitarme porque sabe que esto es el comienzo del final que nunca se acabará si no te abrazo por la espalda de nuevo. Si no vuelvo a ser lo mejor de tu invierno, de tu verano, de tu vida, porque quiero ser tu buenos días princesa por la mañana y tus que descanses amor por la noche.
Ahí viene, es mi ansiedad y me dice que soy idiota, que podría haber tenido eso si no hubiera errado tanto como lo hice, vendría a recordarme que el cielo es gris y nadie más que tú lo podrá cambiar, y decirme que mire hacia lo lejos, buscando otro lugar, pero no puedo, y esas cien gaviotas entonces, ¿dónde irán?
Vendría para que te dijera lo que pienso, que si me llevas contigo, prometo ser ligero como la brisa, y decirte al oído secretos que harán brotar tu risa, y así alcanzaremos el paraíso en nuestra barca de ensueño, viviremos cada día, por encontrar una tierra sin dueño, y bailaremos agarrados a las plantas que más nos hagan soñar, y con aire comprimido en nuestro traje de hombre rana, brindaremos por la dicha del amor.
Y no sé, me gustaría que lo vieras de verdad como yo lo veo, que supieras de mis miedos y mi ansiedad al pensar en todo lo que nunca fuimos y todo lo que fuimos juntos, porque lo nuestro, para mí, es, y lo que es nunca dejará de ser, tú no vas a dejar de ser para mí mi vida entera, que es lo que eres ahora mismo y desde que te conocí.
Y cómo me gustaría contarte que el llanto ya se acabó, que ya no me pongo nervioso al pensar en ti, que no recuerdo cada día tu sonrisa, que puedo ser tu amigo, pero la verdad no podría mentirte. No puedo ser tu amigo porque si me preguntan por ti solo quiero llorar porque no estás a mi lado, porque no puedo decir que eres mi novia, mas sí que eres el amor de mi vida, la razón por la que me levanto cada mañana, y es que tú y yo nunca fuimos amigos y no estamos hechos para ello, sino para ser la pareja del año, y del que viene, y del siguiente...