Prólogo

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Sólo decir que aquí estoy yo, escribiendo por la noche porque cuando duermes, yo no puedo.
Estoy aquí esta noche pensando en quién -aparte de mí - te quiere, en quién te escribe día, en dónde estarás esta noche, mientras yo desnudo en palabras mi alma, en versos y prosas, en qué llevarás puesto hoy, si aún hueles mi sudadera o la tiraste al fondo del cajón del olvido, en qué hará contigo la gente ahora que ya no estoy yo.
Miro a un lado, al otro después, viendo cómo no estás, cómo te has ido tan lejos que en mi horizonte tu brillo no se refleja, que la noche es oscura y tu luz no me ilumina. Aún recuerdo tu olor, ojalá jamás se esfume.
Recuerdo tu risa cuando yo lloraba por ti, aun así seguías dibujando en mis labios una tímida sonrisa. Te ves tan bien sonriendo que podría vivir solo de ella.
Una vez una chica que aunque no lo sabe, y puede que nunca lo sepa, me cambió la vida a su manera, y me dijo que todos merecemos una segunda oportunidad.
Eso me devolvió la esperanza de ser con ella, pero un tono grisáceo empezó a rondar por nuestro ambiente.

Nuestra historia (sin ti)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora