¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Chapitre deux
■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□
"Dijiste que al escuchar mi voz te sentías más tranquilo"
- woa, Alex, Gracias por invitarme ese helado, enserio estaba muy rico -
- si, a veces vengo con mis amigos, no recuerdo cómo encontramos esta glorosia heladería -
- seguro luego te acuerdas -
Los jóvenes se sentaron en una banca que estaba cerca de ellos
- sabes, yo estube en Italia, como uno o dos años, y había una rica tienda de helados, según el que los vendía eran especiales y si ibas con la persona que más amas ese helado te daba una conexión genial con ella - dijo sonriéndole al chico - me gustó mucho lo que me contó, aparté de que los sabores eran exquisitos -
El chico escuchaba atentó a lo que la chica decía
- oh, disculpa hable mucho, tal vez quieras decir algo y no te dejo, lo siento -
- no, tranquila - dijo viéndola fijamente - cuando hablas haces que me sienta extremadamente tranquilo, y me gusta - dijo ruborizandose
- o-oh gracias por el halagó. Al principio me ves un poco distante con mis audífonos, pero cuando me concentró en una persona, soy más abierta y habló mucho - dijo con un pequeño tono de rojo en sus mejillas
El chico contempló muy bien a la chica.
Era tan bella, según los pensamientos del chico.
Hablaron y hablaron, hasta qué ya era hora de irse y los dos tomaron rumbos diferentes para llegar a sus hogares.
Llegando a su casa, comenzaron una llamada, está termino casi a las dos de la mañana.
La chica se sonrojaba cuando recordaba que Alexis a cada rato le decía que le encantaba su voz, y que por favor siempre le hablará. Ese chico era tan lindo y sensible, ella quería cuidar de él.
La chica suspiro, ya era demasiado tarde - ah, Alex, ¿Por qué eres tan lindo? ¿Acaso me estás haciendo un amarre? -
Dejo de preguntarse cosas tontas y se dispuso a dormir.
