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—¿Qu...Qué...?—Manjiro pareció congelarse entre los brazos de Takemichi que le ayudaba a levantarse

Su oscura mirada se quedó fija en el cachorro entre los dientes de la pantera.

El lobo ignoro el estado sorprendido de su omega, centrándose en acomodar mejor la faja de su vientre, aunque sintiéndose más aliviado al ver como este no parecía muy afectado por el golpe de Hanma.

—¡Espera, Kazutora no!—Mitsuya grito asustado, viendo como su amigo se transformaba en su forma animal para interceptar al felino blanco

Nadie pudo detener el fuerte impacto entre ambos animales, viendo con ansiosa expectación las garras y dientes ir de un lado a otro, la sangre salpicando por momentos y los gruñidos amenazantes intercambiados entre ambos felinos.

El tigre de bengala era un poco más grande, moviéndose de forma más experta, teniendo total control sobre su cuerpo debido a que suele ser liberado por Izana casi todos los días para un poco de libertad.

—¡Kazutora, cuidado!—El leopardo de las nieves advirtió, su corazón golpeando con fuerza a tal punto de escucharlo en sus oídos de tan ansioso que estaba por el alfa de mechas; sus garras crecieron sin darse cuenta, así como sus rasgos en la cara se fueron mostrando

El tigre fue tumbado boca arriba, dejándole completamente vulnerable ante el gamma, quien se posicionó sobre él con intención de morder donde sus fauces alcanzarán, no obstante, fue tumbado a un lado sin darse cuenta.

Al levantarse, gruño de manera gutural a la pantera negra, quien le enseñaba sus dientes de forma amenazadora, expulsando sus feromonas para advertir a Izana de no acercarse a su pareja.

El tigre de bengala pareció percatarse de lo que significaba que la pantera hubiera intercedido, por lo que miró con desespero a su alrededor, buscando a su cachorro con el corazón y nervios desbocados.

El pequeño animal se hallaba ahora entre los brazos de Chifuyu, el leopardo de las nieves sosteniendo con sutileza a la bola peluda que quería ser liberada desde que vio y sintió la presencia de su mamá.

Su cachorro fue suficiente imagen para distraerse, siendo tumbado por la pantera, poniéndole en la misma posición en la que antes estaba Kazutora, sin poder liberarse.

Cuando el felino negro quiso seguir y morder al tigre de bengala, un pequeño empujón y mordida en su pata trasera le detuvo, al voltear a ver esa zona preparado para alejar el interruptor, se detuvo de inmediato. El pequeño tigrito de bengala le mordía y rasguñaba en un pobre intento de que soltaran a su mamá, dando quejidos lastimeros por lo desesperado que estaba al sentir el temor y ansiedad que Izana le transmitía sin querer por medio de su lazo que compartían.

Izana y su animal interno sintieron su sangre helarse al ver a su cachorro tan cerca del peligro; rígido y temeroso por poner en peligro a este ahora que porfin lo ve después de tantos días separado de su lado.

Al final, su pequeño le pudo más que su orgullo, por lo que se transformó nuevamente a su forma humana, y sin moverse de aquella posición que le ponía vulnerable, mostró su cuello, viendo de manera suplicante a la pantera, en un intento pobre de que vea el anhelo en sus ojos por tener nuevamente a su bebé.

El felino negro pareció comprender la situación, empatizando con el sentir del philipino, por lo que se retiro lentamente de encima del humano, acercando su nariz al cachorro una última vez, ronroneando un poco y soltando un pequeño quejido de tristeza por no poder tener uno.

Al retirarse, se dirigio al tigre, el cual estaba vigilando con ojos fijos todos los movimientos de su omega, aunque se tranquilizó por verlo ileso y regresando finalmente a su lado.

Aroma |MITAKE/TAKEMIKEY|OMEGAVERSE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora