交 › LA ALFA DE JENNIE 𖥻JL

catorce.

Lalisa se encontraba consolando a Rosé, la cual había entrado a su habitación una hora después de que Jennie se fuese, la omega lloraba desconsoladamente balbuceando muchas cosas que no entendía.

Con sus brazos rodeó a la contraria pegándola a su pecho y dejando salir su aroma para tranquilizarla cosa que parecía funcionar ya los sollozo fueron disminuyendo.

Rosé le caía bien es más podía decir que era su amiga, ya que era con quien más conversaba y tenía relación. Claro a parte de Jennie, la omega se encargó de que sus heridas se curasen en tiempo récord, también le dio consejos para controlar el carácter de Jennie que funcionó bastante bien.

En las noches que Jennie estaba fuera la rubia iba a su habitación para ver alguna película y comer dulces sabiendo que no debería ser agradable estar tanto tiempo ahí encerrada, claro que antes le pedía permiso a Jennie la cual aceptaba sabía que Rosé nunca intentaría nada con su Alfa.

- Oye si no hablas bien no puedo entenderte.

- Mi hermano me odia....

- ¿Por qué?

- Verás... yo me escape el otro día de casa para quedar con Jisoo y hablar las cosas, ya sabes que nuestra relación no es fácil ya que ella es muy orgullosa y esas cosas.

- Si...y tóxica.

- Mi hermano se a enterado mirando las cámaras de seguridad y por los sirvientes de la casa y... y... él...

- Oye, oye tranquila, el no te odia simplemente está enfadado, no le gusta ver como Jisoo te hace llorar, se preocupa por ti y por tu bienestar mental, tienes que entender que aunque ella sea una alfa tu también tiene derecho a hacer lo que te dé la gana, quedar con quien quieras.

- Pero...yo la quiero....aunque la insulte u intente alejarme, ella siempre vuelve... da igual los desprecio que le haga.

- ¿La quieres?...- dijo en un susurro como si alguien más lo fuera a escucharla.

- Si...

Lalisa comenzó a recordar los malos ratos que había pasado con Jennie, los gritos, como la obligaba a hacer cosas que ella no quería, como mató a su amigo, como la manipulaba a su antojo.

- Porque apesar de todo ella tiene sus cosas buenas.

- Sus cosas buenas ....

A su mente vino la sonrisa de Jennie la forma en que la hacía reír cuando no estaban de malas. Las caricia y lo mucho que disfrutaban de ver películas, cuando cocinaban juntas y después comían del mismo plato, como la Omega acariciaba su espalda hasta que se quedaba dormida

Te amo, Lalisa. La voz de Jennie resonó en su cabeza.

- ¿Por qué Jimin no es capaz de entenderlo?.

- ¿No entiendo el que?.- se escuchó detrás de ellas haciéndolas quedar paralizadas.

- El...que me gusta Jisoo.

- Tu lo que tienes es síndrome de Estocolmo, esa idiota te a echo creer que el como te trata es bonito.

- ¡Tu no lo entiendes!.- grito Rosé.

- ¿Qué no entiendo? He visto las marcas muchas veces, no eres su toque para vaciarse, no eres de su propiedad o un objeto para estar encerrada.- dijo Jimin ya exasperado por la terquedad de su hermana menor.

- Ella no me encierra.- trato de defender.

- Ahora no, pero antes si. Reconocelo estas enferma y tienes que ir al psicólogo.