diez.

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Lalisa sentía que se iba a volver loca, Jennie estaba en lo mejor de su celo, su olor se esparcia por todos lados, la omega parecía confundida, asi que pensó que sería un buen momento para su huida.
Pero nunca espero que Jennie la arrastrara a su nido y se le enroscase como una boa constructora sobre su cuerpo.

— Alfa...— Jadeo contra su cuello.— Marcame, llename de tus cachorros.

Lalisa grito ante esa palabras sintiendo su corazón latir con fuerza, más la imagen delante de ella no ayudaba, sintiendo el calor comenzar a acumularse en su entre pierna pero algo tenía claro no se iba ni a vincular con Jennie, ni tener cachorros con ella.

No

No

No

— ¡Alfa no me ignores!.— dijo haciendo un puchero.— Yo soy buena...

Sintió un nudo en su garganta apretarse cuando se dio cuenta de el que hablaba y se apegaba a ella cariñosamente era el lobo de Jennie, su lobo quería salir complacer a la omega, olvidándose del plan principal, negando que su omega había hecho algo malo, que fue Jennie.

Pero Lalisa no lo permitió y se iba a ir era la oportunidad perfecta ¡jura por lo más sagrado que iba a empujarla y salir! Pero su vista se encontró con los ojos de la contraria que la miraban en busca de ayuda, para aliviar ese enorme dolor que provocaba el celo.

Su corazón se estrujo ante la idea de abandonarla en ese estado, aprieta las sábanas cuando la omega se inclina hacia ella besando sus labios, para luego recargarse en su pecho y apretar sus ropas soltando algunos gimoteos.

Asi que resignada y odiandose así misma se estira hacia la mesita de noche agarrando uno de los condones, se odia así misma, joder que si es imbécil, la omega se mete en el hueco de su cuello mordisqueando y restregandose más intimidante en vez de cariñosamente.

El que Jennie estuviese asi encendió sus nervios sensibles en llamas incluso llego a pensar que su celo de igual manera se desencadenaria, pero no tenía que dejar que eso pasara, tenía que mantener el control, sino Jennie si podría quedar marcada, el  tiempo pasó en una neblina de calor,  jadeos, gemidos y toques íntimos.

  Lalisa abrió los ojos para encontrarse con la sonrisa de Jennie, sintió unas enormes ganas de llorar, así qué simplemente se acerco a la omega y se escondió en su pecho, la de ojos claros no se esperaba eso, pero gustosa la envolvió en sus brazos

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Lalisa abrió los ojos para encontrarse con la sonrisa de Jennie, sintió unas enormes ganas de llorar, así qué simplemente se acerco a la omega y se escondió en su pecho, la de ojos claros no se esperaba eso, pero gustosa la envolvió en sus brazos.

— ¡Te amo, Lisa!

— Y yo...

Los siguientes días ambas seguían igual de tranquilas, Lalisa seguía reforzando la confianza de Jennie, la omega se veía encantada de que su alfa fuese tan cariñosa, siempre dispuesta a sus gustos, sin dudar en ningún momento en que podría ser un plan.

交  ›  LA ALFA DE JENNIE 𖥻JLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora