La vida de una reencarnada en One piece 2.22

El gato de Schrödinger: Décima parte.

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El momento emotivo no duro mucho.

No era difícil darse cuenta de ello cuando la expresión de Katakuri ahora era una de enojo.

– ¡¿Dónde demonios te metiste?!

Por primera desde que se conocieron lo veía así de serio y molesto, mejor no tentar a la suerte pensó ella – Ah... bueno, no sé. Yo estaba con Mikael, nos separamos y me paso algo muy loco... igual y me golpe la cabeza en algún lugar y solo fueron alucinaciones jejeje – finalizo con una ricita nerviosa en frente a la dura mirada del menor – Lo... siento por preocuparlos.

Katakuri sacudió la cabeza, sabia conscientemente que perdían tiempo – Eso ya no importa, debemos irnos, no sé como pero Mikael logró llamar un gran buque y ahora la gente esta evacuando.

– Eh... creo que me perdí un poco ¿Por qué están evacuando?

– El volcán... entro erupción y estamos intentado sacar a todos de la isla y también... algo apareció.

– Siempre me tocan los problemas – Se quejó ella, haciendo puchero y todo – Me voy solo un rato y la isla ya se va destruyendo.

Él casi pone los ojos en blanco, nuca la había visto hacer pucheros ni nada... k – deja de perder tiempo, debemos ir nos ¡rápido!

– Bien... vamos

Katakuri empezó a correr mientras Maggi lo seguía, y solo en se momento a ella se le hizo familiar.

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Ya casi salían del bosque... tuvieron que rodear algunas zonas porque que el magma empezaba avanzar lentamente por la isla, sin mencionar la ceniza volcánica.

Podía ver a lo lejos el enorme barco, curiosamente vio algunas animales peludos en cubierta aun así el buque que a un estaba en el puerto esperando a las personas que faltaba.

Maggi sintió que salgo salía de entro los árboles, apenas le dio tiempo para poner sus brazos sobre su pecho y cubrir su cuerpo con haki. El impacto la hizo retrocedes, pero pudo mantenerse en pie a duras penas y las piernas le temblaban por la fuerza del retroceso.

Katakuri preocupado se acercó a ella, se puso a su costado y se puso en posición de ataque apretando fuertemente su arma.

Y de pronto de entre los arboles salio una criatura, algo amorfo a penas de forma humanoide de aspecto grumoso.

"si hasta parece un jefe de Bloodborne" pensó al ver la cosa. Probablemente la cosa que katakuri menciono antes.

Por el impacto que apenas paro llego a una conclusión...

– Katakuri... ve al barco.

– ¿Qué?

– El barco ya debe de zarpar antes de que el magma llegue la mar.

El chico la veía sin poder creer lo que escuchaba, ay que básicamente le estaba diciendo que se vaya y la deje atrás – No, debemos ir juntos – Se negaba a dejarla.

– Katakuri... a esa cosa se le ocurre ir hacia el barco, nuestro menor problema será el magma – dijo apuntando a la criatura que a paso pesado y casi arrastras se acercaba ellos. Parecía una criatura desesperada por matar lo que pudiera.

– ¡PERO!

– Sabes que alguien se debe quedar y no eres candidato para eso – Explico ella dando unos pasos hacia dente, sería mejor aprontar el problema de una buena vez – Debes ir con tu familia Katakuri.