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Un regalito.

Todo este capítulo contiene escenas de relaciones sexuales explícitas (+18). Si no te gusta este tipo de contenido sugiero que saltes al siguiente.

Espero lo disfruten 😌

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La primera vez que Eddie tuvo relaciones con otro chico había estado más nervioso que deseoso, con miedo a cometer algún error o a no ser lo suficientemente bueno para su amante, más que una experiencia gratificante fue un suplicio.

Con el paso del tiempo le perdió el miedo a la intimidad, pero solo con Billy había logrado llegar a un nivel en donde su lado más necesitado saliera a la luz sin que su timidez lo detuviera.

Pero ahí estaba, sentado sobre la creciente erección de Steve Harrington sin una pizca de duda sobre lo que estaba haciendo.

Sentía las manos de su amante recorrer su espalda con sumo cuidado, tomando la precaución de no tocar demasiado fuerte esa zona tan lastimada de su cuerpo.

Eddie no podía poner las manos en otra parte que no fuera en su cabello, aquel cabello que había vuelto locas a las chicas en el instituto ahora era todo suyo, tironeaba de él a su gusto y masajeaba suavemente luego, solo para sentirlo aún más cerca. El dolor de su brazo izquierdo lo obligó a dejarlo colgar sobre el cabestrillo, pero eso no detuvo su intensidad.

Sus cuerpos se movían con frenesí, buscando una proximidad aún mayor que era imposible con la ropa puesta.

Y sus labios, casi ni lo dejaba respirar de lo mucho que lo besaba. En el momento en que Steve junto sus bocas Eddie comenzó una exploración con su lengua, tomando ese sabor a tequila del otro y disfrutándolo como si el mismo lo hubiera bebido.

Steve no estaba mucho mejor, aprovechaba cada oportunidad que tenía para morder los labios de su chico, tirando y lamiendo con desesperación, como si estuviera bebiendo la última Coca-Cola del desierto.

La excitación se podía oler en el ambiente, mezclado con los jadeos que Munson dejaba escapar cada vez que Steve levantaba las caderas para conseguir más fricción.

-Steve... no voy a aguantar mucho más.

Steve sonrió malicioso mientras lamía y mordía el cuello del menor.

-Pero si aún ni empezamos.

Tiro lentamente de la chaqueta de Eddie hasta lanzarla lejos de su vista, le gustaba la ropa de Eddie pero en esos momentos solo quería verla en el suelo.

Eddie también se encargó de deshacerse de la camisa de Steve, aunque necesito mucha ayuda del castaño, dejando al aire su torso desnudo, que acarició con desenfreno. Se acercó a su boca y lo besó con algo creciendo dentro de él, algo instintivo que lo hizo empujar a Steve sobre la cama mientras que besaba cada parte de su piel expuesta, bajando despacio sobre su cuerpo hasta llegar a la hebilla de sus pantalones.

-Supongo que ya te han hecho una mamada antes ¿No?

La expectación tenía al mayor casi temblando de ansias, así que solo asintió.

-Pero créeme, nadie las hace como Eddie Munson.

Con esa sonrisita de superioridad, desabrochó los pantalones de Steve y los bajo junto a su ropa interior, dejando al aire su miembro erecto.

Steve sintió que sus mejillas enrojecían, se sentía expuesto ante Eddie, como si estuviera apunto de decidir su destino.

El menor acarició la parte interna del muslo de Steve, torturandolo con la espera, entonces se lamió su mano derecha y comenzó a acariciarlo, lento y pausado, pero apretando poco a poco.

Inefables - SteddieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora