#DISCLAIMER: TODOS LOS PERSONAJES USADOS EN ESTA OBRA NO ME PERTENECEN. SON DE KEN WAKUI.
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Mikey caminaba sonriente nuevamente hacia su casa, había salido a hacer las compras matutinas, normalmente Takemichi siempre lo acompañaba pero esta vez al menor le habia surgido un imprevisto en el trabajo y tuvo que irse de urgencia, era una lastima, a Mikey le gustaba salir con su adorable esposo, pero bueno, no se quejaba, el menor trabajaba para darle una buena vida, no es como si Mikey no trabaje, él tenia un empleo bastante estable, le pagaban muy bien y se divertía trabajando.
De pronto, la hermosa sonrisa del rubio se borro al escuchar el repentino llanto desgarrador de un bebé.
Mikey frunció su pequeña nariz y volteó hacia todos lados tratando de encontrar a algún bebé llorando en los brazos de su madre o padre, pero no encontró nada, solo una anciana cruzando la calle con ayuda de un niñito con traje de explorador. Al parecer las calles estaban vacías hoy.
El llanto se hizo mas potente y Mikey se alteró, escuchó atentamente y al poder encontrar de donde provenía aquel llanto, sin dudarlo, se acercó. Un callejón, los lloriqueos venían de aquel callejón que para su suerte estaba iluminado con la luz solar.
Se metió a aquel oloroso lugar y sus ojitos se llenaron de lagrimas al encontrar un pequeño bebé de aparentemente un año de edad, justo sobre unas bolsas de basura.
Sin dudarlo, Mikey tomo sus compras con una sola mano y con la otra tomo al bebé, el cual al momento de tener contacto con el rubio, dejo de llorar.
Mikey mordió su labio inferior evitando hacer ruido al percatarse que el bebé se quedo dormido.
No lo dudó , no pensó mucho, su mente sólo le decía que tenía que cuidar de ese bebé, así que con ese pensamiento en la cabeza, sacó al bebé de aquel callejón y se dirigió hacia su hogar.
