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Se había desmayado, Takemichi realmente se había desmayado.

¿Pero que clase de reacción fue esa?

— Ken-chin, ¿que haces?

— Le tiraré agua.

— ¿Qué?

— Sí, se levantará si lo mojo, funciona.

Mikey no pudo negarse ya que antes de que pueda hablar, su querido esposo ya estaba empapado en agua y gritando que se ahogaba.

Rodó los ojos y tomo el rostro del menor.

— Amor, tranquilo.

Y Takemichi pareció reaccionar ante la voz de su lindo chico.

— Soñe algo tan loco.— Susurro.

— ¿Sí?.— Asintió.— Cuéntame entonces.

— Soñe que teníamos un bebé

Draken soltó una carcajada y Takemichi lo miró confundido.

— Takemitchy.

El pelinegro miró nuevamente a su pareja.

— ¿Si?

— Nosotros sí tenemos un bebé.

— ¿q-qué?

— Sí, ven, quiero mostrártelo.

Takemichi, lleno de miedo, logro tomar las manos de su chico y se puso de pie.

Draken decidió quedarse en la cocina mientras la pareja subía las escaleras hacia su habitación.

Cuando lograron llegar y abrir la puerta, Takemichi sintió como sus piernas les temblaban al momento de ver a aquel adorable bebé rodeado de almohadas

— ¿Cómo sucedió esto?

— Lo encontré en un basurero, él estaba solito, llorando y con mucho frío.

Takemichi se acercó a la cama y miró atento al pequeño bebé.

— Es muy bonito.

— ¿Verdad que sí?

Sí, lo es, él bebé es hermoso pero no podían, ellos no podían tenerlo y Takemichi lo sabía.

— Mikey-kun.

— ¿Si?

— ¿Sabes que no podemos tenerlo, verdad?

Mikey miró confundido al menor.

— ¿Por qué?

— Él debe de tener una familia que lo está buscando.

— Lo encontré en un basurero, Takemichi.

El menor suspiró.

— Eso no significa que no tiene familia.

— Somos su familia ahora.

Takemichi negó.

— No lo somos, lo encontraste Mikey, no por encontrarlo nos pertenece, es un bebé, un ser humano, no algún collar o reloj que puedas quedarte por capricho.

— ¡No es un capricho!

— Amor-

— Pensé que querías hijos, dijiste que querías ser papá.

Takemichi mordió su labio inferior nervioso, su Manjiro estaba llorando y a él no le gustaba verlo así.

— Lo quiero, lo que mas quiero en la vida es formar una familia contigo.

— ¿Entonces por qué no aceptas este bebé?.

— Porque no es nuestro Manjiro, entiende por favor.

— Lo tiraron en un maldito basurero, lo dejaron a su suerte y anda a saber cuentos días estuvo ahí, con frío, con hambre, ¿y piensas en sus supuestos familiares?, si lo dejaron en un basurero es porqué no lo quieren.

— No saben como fueron las cosas.

— ¿Y tú sí?

— Lo que quiero decir es qué no puedes adueñarte de él, no sabes si alguien lo esta buscando, no sabes si lo secuestraron, si el que lo dejo ahí es de verdad la familia, no sabes qué paso y aunque tus intenciones sean buenas no puedes retener al bebé aquí como tuyo.

Mikey negó. Claro que podía, él era apto para cuidar a un bebé, ambos tenían un buen trabajo, estaban bastante bien económicamente, tenían su propia casa y no tenían ningún tipo de problemas.

— Quiero quedármelo, se que puedo cuidarlo, le daremos una buena vida, lo amaremos como a nadie, él crecerá fuerte y sano, nos amará como sus padres y-

— Mikey-kun.— Takemichi lo interrumpió, tomo delicadamente sus manos y entrelazó sus dedos.— Yo también quiero formar una familia, yo también quiero un bebé para amar, pero entiende que no puedes tomar a alguien que no es tuyo. Sí, hiciste bien en sacarlo de ese lugar, eres un hombre genial, un ser humano magnifico que cuidó del bebé, pero quizás hay alguien ahí afuera que lo está buscando, ¿y si el bebé fue robado y algo salió mal y por eso terminó en el basurero?, ¿te imaginas como puede estar su madre?, amor, tendremos nuestro bebé, te lo prometo, pero él no es nuestro.

Mikey abrazó a su esposo, estaba triste, muy triste.

Hace un tiempo, aproximadamente dos años, Takemichi y él habían decidido adoptar, pero al ser una pareja gay en uno de los países mas homofóbicos del planeta, claro que eso no fue nada fácil.

Buscaron, lo intentaron y esperaron mucho tiempo, aún lo siguen haciendo, luego de dos años ellos siguen esperando a que acepten sus papeles y puedan entregarle a un niño o niña, porqué ya no importa, hace un años ellos decidieron que quizás esperar por un bebé era muy complicado y decidieron adoptar a cualquier chico, de cualquier edad, pero eso también fue difícil.

Y Takemichi entendía, Takemichi sabia que encontrar a aquél bebé para Mikey fue una señal, que él estaba ilusionado, pero lamentablemente no todo era un cuento de hadas, esa era la vida real y ese bebé tenía familia, independientemente de donde lo encontró su esposo, ese bebé tenía a alguien esperando por él.

Ellos no podían quedárselo.

¡𝗍𝖾𝗇𝖾𝗆𝗈𝗌 𝗎𝗇 𝖻𝖾𝖻é! ; 𝘁𝗮𝗸𝗲𝗺𝗮𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora