🌟Otros dos como yo🌟 (Eda X Raine)

💧Familia💖

-¡¡ahora mi leales súbditos!! ¡¡Ustedes tendrán que obedecerme!! - grito victorioso el pequeño demonio peludo, su voz sonaba chilloza e infantil.

-¡no es justo! ¡No esperaste hasta llegar a tres!- Rio llegó corriendo a la montaña de cojines, en donde su nuevo hermano se encontraba en la sima.

-¡si, no es justo! - hablo el niño de cabellos aqua marina, quien ahora utilizaba lentes.

Edalyn había descubierto que su pequeño hijo había estado chocando con varios de los muebles de la casa y además que el mismo le mencionó que no veía bien.

-¡claro que no! - se defendió king corriendo detrás de Edalyn cuando la chica lo persiguió para quitarle la bandera.

- ¡¡vuelve aquí!! -

-¡atraparme si puedes debilucha! - cuando los dos pequeños corrieron en dirección a la cocina. No notaron cuando uno de los integrantes de juego no los seguía.

Rei, se había quedado atrás a propósito. Meditando, él joven mordió su labio y volvió a la habitación que corpartia con los otros dos.

Había algo que lo había estado molestando desde hace un tiempo. No era algo "malo", pero era algo que necesitaba pensar.

Llegó a su cuarto y se miró al espejo. Se sentía extraño y confundido.

Él se veía como un chico, pero no se sentía como uno y eso lo confundía. A veces veía a su hermana usando vestidos o arreglando su cabello con trenzas, y eso le causaba una extraña curiosidad.

Pero tampoco se veía o sentía exactamente como una chica, y esto generaba una confusión él, además de ser algo que no quería contarle a nadie.

Suspiro derrotado por su propia confusión. Se dejó caer en el suelo madera, sin dejar de mirar su reflejo en el espejo.

-hey Rei-inmundo ¿que haces? - preguntó la chica en broma, acompañado de un apodo burlesco - ¿acaso te rendiste ante king? - se acercó a su gemelo sentándose a su lado.

El menor sólo abrazo sus piernas con sus brazos, negandose a hablar o mirar a su hermana.

-¿te encuentras bien? - insistió la chica, esta vez con preocupación sacudiendo el brazo de su hermano.

-s-si - hablo casi al borde del llanto cuando la miro. Tenía un nudo en la garganta, sus dudas lo estaban confundiendo tanto que no podía tener una explicación.

-¿que pasa? ¿Alguien te hizo daño? ¡Podemos cambiar de juego si te molesta que gané king! - intento dar soluciones la chica, sin saber realmente cual era el problema. - podemos jugar a quien pega más alto la estrella en la pared ¡king siempre pierde! -.

-¡no! No es eso... Es solo una estupidez, sin importancia - se seco las lágrimas dejando sus lentes a un lado.

-¡claro que es importante! ¡Además si no me dices! ¡¡Yo lloraré contigo!! - hablo decidida.

-je, bueno en realidad - comenzó hablando con miedo - yo solo me siento extraño... No se como explicarte pero... -

-¿si? -.

-es solo que yo.... Yo... Yo no me siento como un chico -

- ¿como es eso? - preguntó la chica sin entender aún.

-es solo que no me siento como un chico...a veces quiero hacer las cosas que tu haces, como usar vestidos o hacer moños con mi cabello, a pesar de que es corto - abrazo de nuevo sus piernas sin dejar de explicar. Necitaba sacar todo lo que sentía. - pero no quiero ser una chica... Rayos ni siquiera me estoy entendiendo... Solo no se que soy. -

-oye... No te sientas así, yo realmente no te entendí mucho pero... Si quieres hacer algunas cosas como yo no me molesta y no me sentiré incomoda - hablo suave intentando apasiguar sus lágrimas - lo que sea que quieras hacer yo estaré bien, por que tu lo estarás. -

La niña tomó el rostro de hermano y beso su frente. Lo miró directamente a los ojos para transmitirle confianza y seco sus lágrimas.

-ahora vamos a jugar, después te enseño a hacerte alguna trenza y tal vez podamos pintar tu uñas ¡será genial! - tomo las manos de Rei y bajaron por las escaleras. En donde king los esperaba en un trono hecho de cartón.