Capítulo Nueve: Niño Chiquito

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El sujeto tomó una katana y corrió a donde lo esperaba el castaño. Su katana chocó con la espada del Hatake.

- ¿Qué es lo que buscas realmente? - cuestionó Raijin

- Pues a ti, lo dejé claro en el mensaje explosivo.

- Yo ni siquiera te conozco, no te he visto en vida. No sé por qué querrías matarme.

- No, no me conoces, pero tú y yo tenemos algo en común.

Raijin estaba más que confundido.

"¿Algo que yo tenía al igual que él? ¿La parte de allá abajo? ¡NO! ¡Esto es serio!," pensó

- ¡No sé de qué estás hablando! ¡Explícate mejor!

- No tengo por qué explicar nada, ya sería momento de que supieras de lo que hablo.

La mente de Raijin comenzaba a echar humo, odiaba las adivinanzas.

- Tienes dos opciones. Uno: hablas por tu cuenta y dos: te hago hablar a mi manera. - lo amenazó apuntándolo con su espada - Decide.

El tipo lo miró y se le formó una sonrisa macabra, esto dejó al castaño desorientado. De un momento a otro el chico ya estaba frente al castaño, haciendo rechinar su katana con la espada.

- Sorpréndeme. - amenazó aún con la sonrisa

La pelea comenzó en ese momento. Raijin planeaba dejarlo realmente herido, no en caso de muerte, pero herido y así hacerlo hablar. Había estallidos por aquí y por allá. Decidió en no usar el Sharingan, quería empezar a ser útil sin eso. Al cabo de unos minutos se llegó a dar cuenta de que el tipo sólo podía usar un estilo de naturaleza y era tierra, así que fue fácil ganarle. Después de eso, el nerviosismo se le empezaba notar al chico, así que Raijin decidió terminar la batalla. Creó dos clones los cuales detuvieron al tipo y lo tiraron al suelo boca arriba.

- Perdiste el juego, amigo. Ahora habla. - le ordenó estando de pie frente a él y apuntándolo con la espada

- De verdad eres tan inocente. - comenzó a reír como maniático

- Cállate y habla, no me gusta jugar con personas. - recalcó tocando la punta de la espada en su cuello

- Quisiera contarte, niño, pero no podrá ser hoy, no por el momento.

En un rápido movimiento, el tipo metió una mano en su bolsillo y sacó algo. Lanzó un par de shuriken. Raijin se movió y así evitando algunas, pero por desgracia una lo rozó por el brazo derecho. Cuando se quiso dar cuenta, el tipo ya no estaba ahí al igual que los dos clones.

- ¡Genial! - se quejó tomándose la herida y caminando hacia donde había ido el chico - Incluso estoy sangrando. - miró su mano con un tono rojo - Y para colmo me ha llamado niño.

Se sentó en el suelo y sacó una venda de una de las mochilas. En cuento se curase iría con los demás. Logró atar la venda con algo de torpeza pero aguantaría hasta que volviera a la aldea.

- ¡Hey, Raijin!

El castaño miró sobre su hombro y ahí venían todos, él se había perdido de mucho.

- ¿Ya ha acabado todo? - preguntó

- Sí. ¿Qué ha pasado con el tipo con el que te dejamos? - preguntó Yamato

- Digamos que lo dejé vivir un poco más.

Pareció haber sido una pelea dura. Naruto tenía una de sus manos lastimada realmente, seguro era por el Rasenshuriken. Y Kakashi, pues... él parecía que casi veía la muerte. Pudo distinguir a un Akatsuki que era cargado por el peliplata, era el tipo que acompañaba al tipo de la guadaña.

No Soy un Asesino (en progreso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora