Capítulo Cuatro: Contra los Akatsuki

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- Que estemos en el mismo escuadrón no quiere decir que tenga que llevarme bien contigo, mocoso. - dijo el tipo

- Creeme que a mí tampoco me importa quedar bien contigo. Si mueres en una misión, podría tomar tu lugar como líder.

Los ojos detrás de la máscara ANBU del tipo chocaron con los del castaño, ambos estaban molestos.

- Ya tranquilícense. Si van a estar en el mismo grupo es mejor que inten llevarse bien. - comentó Kakashi

- No puedo prometer nada. - dejó en claro Raijin

En fin, no pasaron cosas interesantes por los próximos días, Raijin había tenido una que otra misión como ANBU, pero nada peligroso. Y algo increíble había pasado, el castaño al fin se había armado de valor para preguntarle a Tenten que fuera su novia, cosa que la chica había aceptado gustosa. Mantenían una relación discreta. Todos los demás no lo sabían, en especial Kakashi, Naoko, y Gai, y si éste último se enteraba de que Raijin salía con una de sus alumnas lo mataría sin piedad.

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- Escúchenme bien, esta será una misión de rango S. - continuó la Hokage - El Templo del Fuego ha sido destruido por dos miembros de Akatsuki. Además, éstos dos se han llevado con ellos a Chiriku, él dirigía a Los Doce Guardianes Ninja. Se cree que buscan la recompensa.

- ¿Qué es lo que quiere que hagamos? - preguntó uno de los compañeros de Raijin

- Deben ir al Templo del Fuego y busca rastros de ellos.

- ¿Quiere que los enfrentemos? - ahora preguntó la chica

- Sería algo de sumo riesgo. Por ahora solo quiero que busquen huellas y rastros que nos lleven a ellos. Otros equipos se encargará de enfrentarlos. ¿Entendieron?

- ¡Sí, Hokage!

Se preparaban para partir, únicamente esperaban a que Tsunade les indicara la salida.

- ¿Raijin?

El castaño volteó al escuchar su nombre y ahí estaba Kakashi.

- Vienes mucho aquí, ¿no? No estás saliendo con la Hokage, ¿verdad?

- Nada de eso, la Hokage ya es algo vieja para mí.

- Que como te haya escuchado, te matará.

- Quería decirte una cosa, eso es todo. - el castaño lo miró esperando a que hablara - Ten mucho cuidado. No importa cuán peligrosa sea la situación, si no puedes seguir peleando, abandona.

- ¿Que abandone, dices? - emitió sobresaltado

- Sí. Si usaste todas tus fuerzas, y no puedes hacer más, deja la misión, pero no te pongas en lugar de muere.

- Oye, basta. El Kakashi al que conozco no diría que abandone una misión.

- Quizá lo que te digo no sea lo adecuado, pero has lo que te digo. Esto de ser un ANBU es más que un trabajo, es poner tu vida en peligro.

- Lo sé.

- No quiero que te enfades.

- No estoy enfadado, es sólo que... no quiero que te preocupes por mí. No me gusta esa sensación de tener tanto aprecio. No sé si me explico. - él había crecido sin mucho amor, y que le empezaran a tratar con tanto cariño de un momento a otro, era algo que no iba con él. - Espero que me entiendas.

- Te entiendo, pero has lo que te digo por lo menos esta vez. - parecía más una súplica que una orden

- Está bien. Te haré caso. - aceptó sin más

No Soy un Asesino (en progreso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora