Capítulo Once: ¡¿Hermano?!

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- ¿Co-cómo has dicho? - dudó el peliplata, observando atentamente al muchacho que se encontraba sentado en el sofá

- El aroma que seguí esta vez... era idéntico al de ella.

El silencio inundó el lugar un tiempo llegando a parecer un lugar deshabitado.

- ¿Estás seguro que no te equivocaste y confundiste el aroma con uno parecido?

- ¡Debes creerme! ¡Papá, no estoy mintiendo, lo juro! ¡Debes creerme! - suplicó, estruendoso y el mayor sólo soltó un suspiro largo

- Te creo. Pero también creo que estar encerrado te está haciendo mal.

- No estoy loco. ¡Ese aroma era el de ella!

- Raijin, tranquilo, ella ya no está y no va a volver. - dijo el peliplata tomando al muchacho por los hombros, tratando de tranquilizarlo

- Ya sé... - murmuró por lo bajo - Creo que no he dormido bien. Mejor me voy. - se levantó y caminó hacia la salida

- ¿Raijin? - el castaño se detuvo y observó a su padre - Estaré aquí por si necesitas hablar.

Raijin asintió varias veces y salió de la casa

"¿Por qué nadie me cree?," se preguntó mientras caminaba al departamento.

- Ni siquiera mi propio padre me cree. - pateó una piedrita que rebotó y chocó contra un pie

El castaño rápidamente levantó la vista para encontrarse con un chico pelirrojo que lo miraba un poco preocupado.

- Me mandaron a buscarte, dijeron que te escapaste.

- Hola, Naoko. - saludó a su amigo no con mucho entusiasmo

- ¿Por qué te saliste sin avisar?

- Si te dijera, no me creerías como todos.

- ¿Y quién acaba de decir eso? Cuéntame. - insistió el pelirrojo

- ¿No te vas a reír?

- Obvio no, soy el hermano mayor y se supone que debo de escuchar a mi hermanito.

El castaño al escuchar esto se quedó más tranquilo, pues Naoko jamás le fallaba.

- Creo que mi madre está viva.

Naoko se congeló al escucharlo.

- ¿La-Lady Akane? - repitió con un tono de horror

- Encontré su aroma y lo seguí, por eso desaparecí así. Tú también crees que me estoy volviendo loco, ¿cierto?

- No. Yo te creo. Suena increíblemente loco, casi imposible, pero... si lo dices tú, es por algo, no puede ser una broma viniendo de tu parte.

- Kakashi no me cree y eso que es mi padre.

- Seguro y te cree, pero que digas esto así de la nada, impresiona a cualquiera.

- Puede que así sea.

- ¿Adónde llevaba ese aroma? - preguntó su amigo

- A las afueras de la aldea, ¿por qué?

- Vamos.

- ¿Qué?

- Si lo que dices es verdad, entonces hay que encargarnos de esto.

- Pero me han dicho que no puedo salir de la aldea.

- Pero no dijeron nada de salir acompañado de otro Shinobi. - el pelirrojo se señaló a sí mismo mientras le regalaba una enorme sonrisa a su amigo - Vamos, dirige el camino.

No Soy un Asesino (en progreso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora