Rompecabezas

Capítulo 18 : Pez plátano

Takemichi desayuna con los ejecutivos de Kanto Manji. Una vez más, no es lo que esperaba
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"Oh Dios mío. Oro. Oro puro. ¿Estás escuchando, hermanito? ¡Esto de aquí, lo supera todo!” Ran sonaba tan feliz como un niño en un parque de diversiones después de la mejor montaña rusa. “Mikey tiene novio. Vaya. Mi. Dios. “Sí, Takemichi podría entender. Tampoco podía envolver su cabeza alrededor de eso.

Y luego, como si el universo quisiera complacer a Ran aún más, el propio Mikey entró a trompicones en la cocina, bostezando y frotándose los ojos con sueño. Takemichi, como siempre, miró a Mikey, agradecido de que su posición le permitiera hacerlo. Mikey por las mañanas era un espectáculo digno de contemplar. Sus pantalones de pijama negros y su camisa de manga larga le colgaban holgadamente, haciéndolo parecer tan... doméstico. Su cabello estaba alborotado, algunos de los mechones negros obstruían la vista completa de su rostro. Se veía tan lindo . Takemichi quería mirar a Mikey por las mañanas todos los días a partir de ahora. También se sintió tan aliviado de que tenía razón acerca de que Mikey solo dormía y no lo evitaba ni siquiera por la mañana.

Mikey se detuvo por un segundo para observar la escena que se le presentó. A saber, Takemichi, medio acostado sobre el mostrador, moviendo con entusiasmo a Ran e inesperadamente interesado en lo que fuera que estaba pasando con Rindou.

Mikey simplemente se encogió de hombros casualmente y se dirigió a Takemichi, depositando un beso sorprendentemente suave en su mejilla. Takemichi, por supuesto, se sonrojó pero tampoco pudo evitar que una pequeña sonrisa se formara en sus labios. Era bueno saber que Mikey realmente no estaba enojado con él. Obviamente, significaba que Mikey lo evitaba por alguna otra razón potencialmente precaria, pero podía esperar. Takemichi se merecía disfrutar de las cosas simples, decidió.

“Buenos días,” Mikey murmuró adormilado en el oído de Takemichi y luego lo mordió un poco. Takemichi estaba seguro de que se puso rojo brillante al instante, pero el calor que se extendió por su cuerpo valió la pena. Mikey siendo tan casualmente afectuoso con él, incluso frente a los ejecutivos de Kanto Manji, era simplemente... Takemichi no podía describirlo, pero hizo que su corazón diera un vuelco.

“Buenos días”, respondió, notando con un poco de sorpresa lo cariñoso que él mismo sonaba. Mikey se dejó caer sin contemplaciones en el taburete del bar al lado de Takemichi, por lo que ahora ambos se sentaron directamente frente a los haitanis. Ran probablemente estaba pasando el mejor momento de su vida con una vista frontal completa del espectáculo, pensó Takemichi en algún lugar del fondo de su mente.

"¿Cuándo regresaron ustedes dos?" Mikey preguntó a sus ejecutivos con una voz aún áspera por el sueño. Takemichi, naturalmente, cambió la mejilla sobre la que estaba acostado para poder mirar a Mikey.

"Hace unas horas", respondió Rindou, claramente menos impactado que su hermano por la grandeza de lo que estaba sucediendo frente a él. Ran todavía parecía un niño en un parque de diversiones.

"¿Y?" Mikey cuestionó con cansancio, logrando que incluso una sola palabra sonara como si estuviera realizando una tarea tediosa e impía. Takemichi archivó cuidadosamente otro lado nuevo de Mikey que aún no ha visto en este futuro: el líder Kanto Manji.

"Todo bien, jefe ♡" respondió Ran con esos ojos brillantes y emocionados, haciendo sonar como si quisiera decir varias cosas a la vez. Lo cual probablemente hizo. Mikey ignoró por completo sus payasadas y asintió despreocupadamente. Luego volvió su mirada hacia Takemichi, una suave sonrisa dibujando un hogar en su rostro.

"¿Ya desayunaste?" preguntó, una vez más, cariñosamente. Takemichi no pudo evitar sonreír un poco estúpidamente en respuesta.

"Nop, estaba a punto de conseguirlo", respondió, olvidando por completo que tenían una audiencia. Mikey tarareó en respuesta y luego saltó del taburete y se pavoneó hacia el refrigerador. Takemichi notó que Ran una vez más estaba sacudiendo el codo de Rindou con entusiasmo. Rindou, por su parte, simplemente lo permitió sin quejarse.