•The blue letter

348 48 11
                                    

Los tres jóvenes miraban el viejo edificio con un poco de aprehensión.

-Ho, ¿estás seguro de que es aquí?

Hoseok miró el papel de nuevo y lo agitó frente a la cara de su amigo.

-¿Qué dice aquí? The blue letter. Ahora fíjate -señaló hacia un pedazo de madera vieja que estaba un poco más arriba de sus cabezas-. ¿Qué lees ahí?

Su amigo le quitó el papel de las manos y lo guardó en su bolsillo.

-Bien, ya entendí, engreído. ¡Pero este lugar debe tener como mil años!

-¿Puedes dejar de buscarle la quinta pata al gato a todo, Chang? -dijo el otro muchacho que se había asomado a la puerta intentando ver algo a través de la suciedad del vidrio-. Necesitábamos un lugar. Bueno, Hoseok tenía uno. Sólo habrá que ponerlo en condiciones... -dijo bajando un poco la voz para mirar el lugar una vez más. Iba a ser una tarea titánica hacer de ese sitio un lugar presentable.

-Mejor sería dinamitarlo y volver a construir otro... -se volvió a quejar Chang para luego avanzar y pasar la manga por el vidrio.

Hoseok sacó las llaves de su chaqueta y se adelantó para abrir. Tuvo que probar algunas antes de dar con la correcta. Una vez adentro, el polvo los hizo toser y estornudar.

-¡Dios santo! -exclamó el otro muchacho tosiendo-. ¡Voy a necesitar un cóctel de antihistamínicos cuando salga de aquí!

-Insisto, chicos -Chang pateó un pilón de papeles viejos que se esparcieron levantando una nueva nube de polvo- tiene que haber otro sitio donde podamos montar la obra.

-Nos costaría un dineral -objetó Hoseok paseando la mirada por el lugar- y este es... bueno, gratis.

-¿De quién dices que era esto? ¿En serio lo heredaste? Apuesto a que alguien de tu familia lo ganó en una partida de póker
-Chang rió de su propio chiste y comenzó a caminar por el espacio, levantando telas y pasando el dedo por todas las superficies.

Hoseok se encogió de hombros.

-No sé. Ha estado en la familia por más de un siglo.

-Eso seguro, apuesto a que Shakespeare actuaba aquí cuando era joven... -La voz de Chang se perdió en el ambiente.

-No le prestes atención -dijo el otro muchacho a Hoseok-, es solo que se desanima al saber que va a tener que trabajar.

Un rato después, los tres se encontraban tomando notas de todo lo que iban a tener que hacer.

-Para empezar, habría que sacar todas las sábanas de los muebles y mobiliario. Kihyun, tú empieza por esos de allí. Iré a ver las oficinas...

Hoseok se metió por un pasillo, asomándose por las puertas. Todo lucía abandonado aunque aún había cosas que podrían servir. Los muebles, del siglo anterior, eran pesados y de buena calidad. Había algunas cosas de las que deberían deshacerse pero nada que un grupito de jóvenes vigorosos y entusiastas no pudiera hacer.

Mentiría si dijera que no estaba entusiasmado. Había deseado llevar esa obra con su grupo de teatro desde hacía mucho tiempo. Era una obra escrita por Kihyun y era hermosa y muy emotiva. Y aunque su profesor, en un principio se había mostrado reticente por sentir que la obra era algo sentimental, luego les había dado vía libre. Sólo que no contaban con un lugar propio. Hasta que se acordó del viejo teatro de su familia.

El teatro en cuestión era un antiguo edificio de dos plantas. No era enorme como los teatros que había en el centro de la ciudad, pero tenía su encanto. Aún así, ajado y abandonado por el tiempo, conservaba cierto aire glamoroso. Hoseok se paró frente al escenario y se imaginó cómo había sido el lugar en sus años de gloria. Por un momento lo embargó una sensación de orgullo. El lugar había pertenecido a su familia por al menos ciento cincuenta años. Su familia era de una larga estirpe de gente de teatro. A excepción de sus padres, todos los integrantes de su familia se habían dedicado a la actuación o a la dirección. No tenía muy en claro por qué habían dejado abandonado el teatro que no estaba tan destruído, pero cuando intentó preguntar sólo recibió evasivas y respuestas vagas. Cuando su padre falleció, unos cinco años antes, le dejó el lugar como parte de su herencia. Y nunca le había prestado especial atención hasta que, planeando con su grupo de teatro montar la obra, se acordó de aquel viejo teatro abandonado que había heredado.

-Las butacas estan en buen estado -dijo Chang parándose a su lado y secándose el sudor de frente con la manga de su camisa- pero tendremos que cambiar el telón y algunos cortinajes. Ya sabes, las polillas han anidado allí por siglos.

-Bien -Hoseok se frotó las manos y miró alrededor- necesitaré dos o tres muchachos para trabajar en la planta de arriba. El tiempo no hizo demasiados estragos pero hay algunos muebles que ya no sirven y habrá que cambiar parte del piso porque hay varias tablas sueltas.

Estuvieron las siguientes semanas entrando y saliendo del teatro, cargando cajas, sacando basura, probando los colores para las cortinas y el telón, puliendo las barandas de las escaleras y los palcos, barriendo y pintando. Lo único que restaba eran algunos arreglos en la oficina y en bambalinas.

-¡Encontré varios arcones antiguos y todavía hay disfraces! -gritó Kihyun emocionado cuando entró en la oficina donde Hoseok estaba revisando algunas cajas que contenían papeles amarillos y carpetas pesadas-. ¡Debe haber como diez de ellos!

Hoseok rió ante el entusiasmo de su amigo. Era conocido el amor que sentía Kihyun por el teatro. Había estado merodeando por los escenarios desde que era pequeño y se sabía todas las obras antiguas habidas y por haber. Incluso la historia que había escrito tenía un tinte antiguo.

-¿Sabes lo que es esto? -preguntó agitando el manojo de prendas descoloridas-. ¡Un TESORO!

Hoseok se echó a reír y siguió hojeando los cuadernos de tapa de cuero marrón. Había nombres, dibujos, guiones y anotaciones que databan de más de un siglo atrás.

-Habrá que empezar con las audiciones
-dijo y reprimió un estornudo cuando una voluta de polvo se elevó de la caja.

-Bueno, yo creo que la semana que viene podríamos empezar. Habría que poner un anuncio y también algunos carteles en la calle.

-Podríamos encargar algunos volantes con el anuncio, mi hermana podría salir a repartirlos. Siempre esta quejándose de que está aburrida.

-Problemas de ricos. Yo con todo el dinero de tu familia jamás me aburriría.

-Aún siendo pobre no te aburres.

Kihyun asintió y estiró una capa de terciopelo verde musgo para mirarla a contraluz.

-¡Ahh, qué belleza! Pondré a orear todos estos trajes. Nos servirán para la obra.

-Tú eres el que sabe de eso, haz lo que creas necesario. Ahora creo que deberíamos terminar por hoy. Los chicos están cansados y mañana tenemos que seguir pintando aquí arriba...

Todos se despidieron poco tiempo después para irse a sus respectivos hogares.

Todos se despidieron poco tiempo después para irse a sus respectivos hogares

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ghostly Kisses

Ghostly Kisses •2WON•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora