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Madison Blackburn

-¿En serio es necesario que siga tomandolo? Ya pasaron 6 días Alexis, estoy mejor- Traté de convencerla de no obligarme a tomar el extraño batido de quien sabe que plantas que me había hecho beber los últimos días.


-Solo esté y terminamos - puso el vaso de vidrio con líquido verde en mis manos, suspiré y lo tragué lo más rápido que pude.

Alexis había echo un buen trabajo los últimos días, cada noche había preparado infusiones de distintas hierbas que desconocía para ayudarme a dormir, no había vuelto a tener otro ataque desde entonces.

Así que estaba dispuesta a intentar no ser un completo dolor de trasero, aunque eso implicará tener que beber batidos con sabor a tierra de vez en cuando.

Después de asegurarse de que había tomado el batido, Alexis solía dejarme sola en la casa mientras ella pasaba la mayor parte del día en el vivero, "trabajando", según ella. Aunque no entendía que tanto podía hacer en un cuarto lleno de plantas y tierra.

Pasaba los días encerrada en la casa, si bien ya no me sentía desesperada por la falta de sustancias tóxicas en mi cuerpo, comenzaba a sentirme aburrida dentro de estás paredes.

-Al diablo - busqué un par de zapatos cómodos hasta que encontré un par de converse rojas en el fondo de la zapatera en el closet y me dirigí hacía el estúpido vivero que estaba detrás de la casa.

Camine hasta llegar a lo que desde afuera parecía una cabaña de madera vieja y podrida bastante amplia, me preguntaba si a Alexis no le molestaba el olor a humedad que desprendía desde aquí.

Con algo de duda toqué la puerta de madera y después de unos segundos la mujer bastante sorprendida abrió y me dejó pasar.

No pude ocultar la cara de sorpresa al ver el interior del lugar.

-Creíste que sería un lugar sucio y oscuro verdad- asentí y comencé a caminar por el lugar.

Había diferentes tipos de plantas por todo el lugar, todo estaba perfectamente ordenado. Habían guías de luces por todo el techo, el que por cierto era en su mayoría de vidrio, de manera que la luz solar mantenía iluminado todo el lugar.

Mis zapatos se hundían un poco en el suelo pedregoso, llamó mi atención un mueble de madera bastante grande, en la parte de arriba habían montones de frascos de cristal en fila con lo que parecían especias, hojas y ramas de quien sabe que cosas, y abajo habían unos cuantos trastes.

Seguí caminando recto hasta llegar al final, donde había un ventanal casi tan grande como el de la cocina, esté tenía vista hacía el bosque, en ese mismo espacio había una mesa gris de exterior, encima de ella yacía la laptop de Alexis y alrededor de esta estaban sus cuatro sillas a juego.

-¿Es un buen lugar para trabajar no? - me invitó a sentarme en una de las sillas y caminó hasta el mueble donde sacó dos vasos.

No pude evitar preguntarme de donde sacaba dinero mi madre, hasta el momento sabía que les vendía de sus plantas a los del pueblo, pero no me parecía que eso fuera suficiente para tener este lugar y la casa.

-¿En qué trabajas exactamente Alexis? - ella me regaló una amplia sonrisa, me irritaba lo relajada que parecía estar siempre.

-Se lo que piensas ¿Cómo hace una mujer soltera que se la pasa en el jardín todo el día para lograr sobrevivir?- hizo una pausa durante unos segundos - Aunque no lo creas tengo un trabajo formal, soy escritora, una bastante buena al parecer - la mire confundida mientras ella tomó asiento frente a mi y me ofreció lo que parecía ser té de algo.

-Nunca he visto tu nombre en la portada de un libro-.

-No has dado ni un vistazo la librera de la casa ¿verdad? - Negué - Ahí encontrarás varios manuscritos, aunque en ninguno veras mi nombre, solo mi pseudonimo "Snotra H"- Fruncí las cejas confundida.

-¿Tú escribiste Dandelions?- Yo no era fan de los libros, pero Hannah si, cuando teníamos unos trece años se la pasaba leyendo novelas de todo tipo, recordaba perfectamente ese porque Hannah me arrastró al cine con ella a ver la adaptación. Era una historia romántica con un final trágico.

Papá siempre había dicho que mi madre tenía sueños infantiles y estúpidos, que por eso nunca logró superarse y tener algo estable.

-¿Por qué no usas tu nombre real? Tendrías reconocimiento por tu trabajo. Debes tener talento si ya hay películas de tus historias -.

-No quiero reconocimiento, pero necesitaba dinero para salir de aquel sucio apartamento ¿lo recuerdas? - como olvidar aquel asqueroso olor-Nunca creí que tendría algo de éxito, después de unos meses tenía varios correos del editorial pidiéndome mas historias - se encogió de hombros - Por mi está bien si no tengo que salir de mi pueblo para trabajar, es un buen trabajo, me permite tener todo esto, que es mi trabajo favorito, cuidar de mis plantas - se levantó de la mesa y recogió ambos vasos.

-Este es mi lugar favorito, siéntete libre de visitarlo cuando gustes- me sonrió mientras se ponía un par de guantes de jardinero y después regresó a una de las mesas de madera que estaba cerca de la entrada, donde comenzó a cortar ramas de una planta.

-Debería irme ya- me levanté y comencé a caminar.

-¿Podrías hacerme un favor?-Asentí - No creo decocuparme pronto aquí y debo entregar unos sahumerios a la señora Crowe, ¿Podrías llevarselos? - la miré por unos segundos dudosas, en primer lugar porque no tenía idea de que era un sahumerio y en segundo porque solo había ido una vez al pueblo, estaba segura de que me perdería.

-Dile a Charlie que pido que te acompañe -.

-Esta bien- No me agradaba pasar tiempo con el molesto vecino, pero en primer lugar vine al estúpido vivero porque estaba harta de estar la casa.

Me dirigí hacía la puerta y cuando estaba girando la manecilla Alexis habló.

-Espera un momento, antes de que te vayas hay un par de cosas que debes saber sobre el pueblo -.

El Secreto Del Bosque Donde viven las historias. Descúbrelo ahora