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Charlie había dicho que la mejor manera de que conociera el pueblo era caminando, lo que me pareció una completa estupidez pero no tuve otra opción.

Habló durante todo el camino, aunque realmente no le puse atención en ningún momento, mientras caminábamos por la acera me percaté de que la gasolinera en la otra calle tenía un mini super.

Seguro no tendría muchas cosas, pero no tenía nada que perder, así que cruce casi corriendo la calle y me metí en él.

Efectivamente era una mierda, bastante pequeño y con pocas cosas.

-¿Por qué hiciste eso? - era Charlie que acababa de entrar.

-Quería comprar - ¿No era algo obvio?

Me acerqué al mostrador y di un vistazo a las cajas de cigarrillos.

-¿Es en serio? No pensarás en serio en comprar eso- la irritante voz de Charlie me ponía los pelos de punta mientras trataba de decidir cual caja tomar.

-Solo son cigarrillos- finalmente tomé una y la puse en el mostrador, el empleado que estaba sentado del otro lado mirando su celular me ignoró por completo.

Carraspeé para llamar su atención, ni siquiera me miró, apenas desvío la mirada en dirección a la diminuta caja que había puesto sobre el mostrador.

-Identificación - escuche la risa seca de Charlie a mis espaldas, parecía bastante satisfecho y estaba segura de que tenía una enorme sonrisa.

Hice como si buscaba algo en mis bolsillos y fingi sorpresa.

-Que torpe soy, parece que he dejado mis documentos en casa - el empleado, quien seguía sin separar su vista de la diminuta pantalla también rió en seco.

-Si, seguro que así es. Escucha niña, sin identificación no te puedo vender eso - miré a Charlie quien me hizo un gesto para que nos fueramos.

-Es una estúpida caja de cigarros, no te estoy pidiendo drogas idiota- deje caer ambas manos con fuerza en el mostrador haciendo que se sobresaltara y al fin me mirará.

Sus labios formaron una "o" y su mirada cambió de fastidiada a sorprendida en unos segundos.

-Disculpa por ser tan grosero, casi nunca vienen chicas tan lindas por acá - Era un tremendo idiota, eso no estaba en duda, pero en verdad quería esos cigarros, así que le sonreí coqueta como si la estupidez que acababa de decir fuera lo más romántico -Espera, eres la chica nueva ¿verdad? Vives cerca del bosque - asentí.

-Llevalos, pero no le digas a nadie que los compraste en mi turno - me guiñó el ojo y me cobró los cigarrillo - Mi nombre es Zed por cierto- al verme darle el dinero Charlie se paró junto a mi.

-¡No puedes venderle a menores! - lo señaló molesto.

-¿Eres amiga de este idiota? - me miró sorprendido -.

-No es mi amigo, es el oficial a cargo que mi madre me ha puesto- puse los ojos en blanco y el chico del mostrador sonrió.

-¿Sharkly por qué no nos habías presentado a tu nueva vecina? ¿La querías para ti solo, verdad? Estoy seguro de que ya casi la conquistas, ¿Ya le mostraste tus estúpidos cómics? - miré de reojo a Charlie quien solo guardó silencio y bajo la mirada apenado.

-Quiero un encendedor también - el chico volvió a ignorar la existencia de Charlie y me dio un encendedor negro.

-Ese va por tu cuenta - ahora yo guiñé el ojo y él me sonrió coqueto.

-¿Quieres que luego compartamos unos cigarrillos? Mi turno acaba a las doce -.

-Me encantaría, pero se me hace tarde para cumplir mi trabajo, seguro entiendes - comencé a caminar hacía la salida.

El Secreto Del Bosque Donde viven las historias. Descúbrelo ahora