Las primeras noches en casa de Alexis habían sido una tortura, aún estaba en duda si lo peor habían sido los ataques a medianoche o el sonido de los grillos y los búhos, después de unas tres semanas se había vuelto fácil ignorarlo gracias a las infusiones, y ahora, a dos meses de mi llegada, se había vuelto un sonido bastante familiar.
Pero esta noche en particular, de nuevo tenía problemas para conciliar el sueño, tal vez sólo estaba demasiado nerviosa por el primer día de clases que me esperaba mañana.
Después de dar muchas vueltas, saqué el encendedor junto con la caja de cigarros que escondía en medio de los colchones de la cama y me dirigí hacía el asiento de la ventana de mi habitación.
Había abierto la ventana para dejar salir el humo, y me pareció que había demasiado silencio afuera, aunque hacía frío, no se escuchaba ni el ruido del viento golpeando las hojas de los árboles.
Desde la ventana tenía vista hacía el inmenso bosque al que tenía prohibido entrar, cuando encendía el segundo cigarro de la noche una enorme ráfaga de viento azotó con fuerza haciendo que mi cabello se volviera loco y el silencio se rompiera, a lo lejos se escuchó un aullido, luego otro y fueron sumandose más conforme los segundos pasaban, de pronto se escuchó uno más fuerte que los anteriores, como si no estuviera tan lejos. Cerré la ventana rápido y regresé a la cama asustada.
Solo había escuchado lobos en películas, nunca tan cerca.
[...]
-Muy bien chicos, habrán notado que el día de hoy se nos ha incorporado una nueva estudiante- habló la profesora mientras las ocho o nueve personas en el salón de clases clavaron su atención en el pupitre donde me encontraba sentada- Dinos tu, nombre querida -.
-Madison...- Me pregunté si sería buena idea decir el apellido de mi padre, después de todo creía que nadie me reconocería, había pasado bastante tiempo desde que salí en una pantalla, y tampoco me veía igual que cuando recién ingresé a rehabilitación - Madison Hill-me limité a contestar.
-Muy bien Madison, espero que hagas muchos amigos y tengas una buena experiencia aquí- asentí dándole una sonrisa falsa y di gracias en mi mente cuando dejó de hablarme a mi y comenzó a dar su clase.
Mas tarde en la cafetería me encontraba con Charlie en una de las mesas del lugar.
-¿Es raro ser la nueva? - preguntó y procedió a darle una mordida al sándwich que tenía en sus manos.
-Un poco, pero es más raro que nadie me reconozca- me encogí de hombros.
-¿Preferirías que todos estuvieran a tu alrededor acosandote y haciendo preguntas indiscretas sobre lo que ha pasado en tu vida? - hice una mueca de disgusto.
-Si, buen punto- en eso alguien empujó a Charlie haciendolo caer de lado y tomando su lugar frente a mi.
Varias personas comenzaron a reírse por lo sucedido, Charlie se levantó y se sacudió.
-Lo siento Sharkly, en serio no te vi-me fue difícil reconocer al chico rubio que estaba frente a mi al instante, sobre todo porque no usaba aquella estúpida gorra, pero se trataba del chico que trabajaba en la gasolinera.
Esperé que Charlie le dijera algo, pero solo tomó asiento junto a él.
-No sabía que te vería aquí también - me sonrió-¿Estás en primer año con Sharky? -asentí con la cabeza - Que buen día, me has dado un motivo para no faltar al instituto- se puso de pie - Nos vemos luego linda, y tú mi buen amigo, cuidala por mi en clases, no dejes que ningún idiota se le acerqué - revolvió el cabello de Charlie y se alejó de nuestra mesa.
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El Secreto Del Bosque
Teen FictionPobres de aquellos que decidieron ignorar las advertencias de entrar al bosque solos y desprotegidos, los que tuvieron suerte de regresar nunca volvieron a ser los mismos... Las historias acerca de los peligros que podías encontrar en el bosque de O...