Capítulo 11

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Ava

Creí que eso de estar nerviosa por salir con alguien había quedado en mis años de juventud, pero está claro que no era así, y sin embargo no entiendo porque lo estoy si saldré con Jay, no con un extraño, pero creo que ese es el motivo de mis nervios, Jay. Decido colocarme unos pantalones de tiro alto con rotos, unas vans y una camiseta negra.

Luego de verificar que todo estuviera en orden, salgo del cuarto y me encuentro a Jay, sentado en la sala con su teléfono en la mano, cuando se percata de mí presencia voltea a verme y sonríe repasándome con la mirada.

-vamos--- toma las llaves del auto y salimos

Toda la salida no las pasamos hablando de anécdotas que nos habían pasado juntos y antes de conocernos, nunca durante estos tres meses me había sentido tan viva como ahora.

-estoy pensando en vender la casa--- le digo mientras caminamos por las calles de Chicago

Tenemos las manos agarradas, según él para no perderme entre la multitud de personas que caminan a nuestro alrededor.

-no quieres volver a entrar ahí ¿verdad?-

-no tengo planes de hacerlo... no sé cómo voy a sacar mis cosas--- me encojo de hombros--- algo se me ocurrirá-

Caminamos un rato más hasta que decidimos volver a casa, al entrar al departamento, me quito los zapatos y los dejo debajo del perchero que está al lado la puerta, voy a la cocina y me sirvo un vaso de agua, desde aquí veo a Jay quitarse la camisa y me ahogo con el agua.

Él preocupado camina hacia mí y me da golpecitos en la espalda hasta que logro calmarme, cuando lo hago volteo para agradecerle pero me quedo muda por la cercanía, en otras ocasiones no me fuera inmutado, pero justo en este momento el calor que emana de su cuerpo me está jugando en contra.

-¿no...no ibas a...a bañarte?--- pregunto nerviosa

-sí--- sonríe dándose cuenta de mi estado--- pero te estabas ahogando-

-bueno... gracias por salvarme-

Ninguno de los dos nos movemos ni nos quitamos las miradas de encima, siento como me acerca a su cuerpo tomándome de la cintura y yo contengo la respiración, su mirada no se despega de mis labios y en este momento se me viene la conversación que tuvimos hace dos meses a la mente.

-¿estás enamorado de mí, Jay?-

-no lo estoy-

Vuelvo en si cuando siento su respiración en mis labios, por inercia remojo mis labios con mi lengua y eso parece gustarle, sus ojos vuelven a los míos y se dan cuenta del estado en que me encuentro, nerviosa y ansiosa.

-¿Qué sucede?--- susurro

-nada--- dice con la respiración acelerada

-yo...--- me quedo callada por unos segundos--- no puedo hacer esto-

Lo alejo y me voy a mi cuarto ignorando sus llamados, es mi compañero y mi mejor amigo, no me voy a dar el lujo de perderlo por un desliz de una noche.

A la mañana siguiente me despierto mucho más temprano para no tener que cruzármelo e irme con él, luego de terminar de vestirme tomo las llaves de mi auto, que hace tiempo no usaba, y me voy a la estación. Al llegar saludo a los pocos oficiales que se encuentran ahí y subo a la oficina encontrándome con Kim y Hailey.

-¿ustedes no duermen? ¿O qué?--- bromeo

-lo mismo te decimos--- dice Kim--- ¿Jay no viene? ¿Cómo les fue en su salida?-

-bien--- afino más la voz--- en la salida nos fue bien, al llegar a casa no tanto-

-¿por qué?-

-casi nos besamos-

-¿casi?--- pregunta confundida Hailey--- ¿por qué no se besaron?-

-yo salí huyendo--- ellas me miran con reproche--- no me miren así, Jay es una persona demasiado importante en mi vida, se ha vuelto mi pilar, no lo voy a perder por un desliz de una noche-

-¿un desliz de una noche?--- inquiere la castaña--- Jay te mira de una manera única, para él no iba a ser un desliz de una noche-

-mi esposo murió hace solo tres meses ¿ok?--- intento excusarme mientras me cruzo de brazos

-¿y eso qué?--- pregunta la rubia--- disculpa que te lo diga, pero tu esposo era un imbécil cuando tu no estabas-

-Ava, yo no sé cómo haz aguantado tanto, pero en tu mirada y en la de Jay siempre se ha visto ese amor y ese deseo que se tienen, tu decías estar enamorada de Marcus, pero siempre elegías a Jay por sobre todas las cosas, incluso por sobre Marcus-

-tú no engañaste a Marcus con Jay hace mucho fue por respeto, no por amor-

Cuando voy a responderles se escuchan pasos, cuando volteamos nos encontramos con Jay, sus ojo conectan con los míos y se ve arrepentido por lo de anoche.

Él no se tiene que arrepentir de nada porque yo no lo hago, por lo único que me arrepiento es por salir huyendo, y eso jamás se lo diré a las chicas porque eso sería darles la razón. 

Corazón en construcción (Chicago P.D) (Jay Halstead)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora