Decisiones

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He decidido quedarme con los que se quedaron, abandonar a los que me abandonaron y soltar una risa al cielo por todo lo que me ha pasado. He decidido llorar con todas mis ganas y reír con todas mis fuerzas, para los que verdaderamente me hacen fuerte, y he aprendido que quizá necesitamos complicarnos la vida, por si acaso eso nos hace un poquito más felices. He decidido no quedarme solo con lo bueno, porque lo malo me ha hecho ser quien soy ahora, y aprender que la gente se va, que también se quedan, que todos vuelan y que nada se detiene por nadie, que ninguna risa es igual a otra, que no nos pasan cosas, nos pasan personas, y que lo más pequeñito se convierte en algo grande, que algo ficticio puede llegar a ser lo más real. He aprendido que ser valiente no es decir lo que se me pase por la cabeza, a que ser sincera no significa hacer daño, y que los días no acaban nunca sin terminarlos con una bonita sonrisa. A que somos los protagonistas de nuestra propia historia, y también he aprendido a rodearme de gente que sepa cuidarme y se deje cuidar, a hacer todo lo que me llena y a que solo me salga cantar.
He aprendido que de felicidad también se llora, y puedo asegurar que es lo más bonito que puede pasarnos nunca, a aprovechar el tiempo y las personas, a no perder entre pantallas el valor de las miradas, porque no hay nada más valioso que mirar unos ojos y sonreír porque sabes que están felices de verte. A amar todo lo que todos odian y a odiar todo lo que todos aman, a ser diferente sin quererlo queriéndote, a aceptar que todo viene y va, y que hoy estoy aquí y mañana no lo sé. A que todos mis esfuerzos valdrán la pena si es a vuestro lado, a que tengo a los mejores cerca, y lejos, y que algún día todo lo que hemos construido se va a quedar aquí, y que los recuerdos son los que nos hacen seguir vivos.
He decidido que valgo para lo que me proponga, y que digan lo que digan, cabeza alta y sonrisa puesta, y aunque no sea lo que más les jode que sea lo que más me alegre. A morir, no solo por quien moriría por mi, y a querer incluso a quien no me quiere. A dar un paso al frente y mirar a la cara del miedo, a que todos los días son buenos días para tener grandes días, y sobre todo, aunque el viento sople en contra, no dejar nunca de soñar.

1001 formas de quedarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora