Dethas empuñó su lanza y apuntó al corazón de Arthur con una sonrisa entre sádica y victoriosa, en ese momento tenía una expresión complicada de interpretar.
Dethas: ¿Quién se lo hubiera imaginado? Siempre lo tuviste y nosotros persiguiendo a Ydrum por años.
Arthur frunció el ceño, las afiladas pupilas de sus ojos se estrecharon de una manera algo extraña.
Arthur: ¿Por qué el especial interés en conseguir el núcleo de Ydrum? Digo, hay muchos más Guardianes, y se supone que Efrit los creó. ¿No puede crear otro?
Dethas: ¿Y por qué debería contártelo? ¡Entrega el núcleo y deja de hacerme perder mi tiempo!
El deva nuevamente se elevó en el aire y dejó su lanza flotando en frente suyo al mismo tiempo que alzaba su mano en el aire.
Dethas: ¡Arrancaré el orbe de tu cuerpo calcinado! ¡Muere!
En cuestión de segundos apareció sobre la palma de Dethas una esfera de fuego de un rojo intenso, con un tamaño y dimensiones que bastarían para desaparecer a un pequeño pueblo como Greenway.
Arthur: ¡Mierda!
Dethas: ¡Desaparece!
Haciendo un esfuerzo demencial, Dethas bajó su brazo con la ayuda del otro y la esfera comenzó a caer a una velocidad imposible en proporción a su tamaño. Al momento en que esta tocara el suelo se produjo un gran destello rojizo, seguido de una gigántica explosión que sacudió la tierra y tiñó de rojo los cielos, cuya onda expansiva arrasó con todo lo que hubiera en su camino por varios kilómetros. Dethas observó extasiado los resultados de su ataque, sus ojos no dejaban de contemplar el fuego que crecía en el enorme cráter, los escombros y, ¿un chico?
Dethas: No, imposible...
CAPÍTULO 12: La mejor decisión.
En el epicentro del agujero estaba de pie alguien conocido, Arthur. Su postura dejaba en claro que apenas y podía mantenerse levantado. Las escamas habían sido destruidas en la mayoría de su cuerpo, el cual ahora humeaba por el contacto directo con el fuego.
Arthur: (¡¡Me salvé!! Mierda... Creí que moriría...) Ven aquí, no te quedes ahí arriba donde los golpes no pueden alcanzarte.
Dethas: Pero sí también tienes alas.
Arthur: Excusas, solo eres un cobarde.
Dethas: ¿Qué has dicho? Creo que escuché mal.
Arthur: Dije que vengas aquí, cobarde.
Muy enojado, Dethas salió disparado hacia Arthur cayendo en picado con su lanza apuntándole, Arthur enterró su mano en el suelo y sacó un gran espada metálica de dos manos con la cual bloqueó el ataque de su oponente. Mientras el deva usaba su fuerza para enterrar a Arthur en la tierra hasta que su cuerpo cediera, una filosa cuchilla atravesó su abdomen haciéndole soltar una bocanada de sangre. Rápidamente tomó distancia y vió como la cola de Arthur se movía a su costado, como si tuviera conciencia propia.
Dethas: Que molesto.
Arthur: Me he dado cuenta de algo, debes ser el menos fuerte de los tuyos.
Dethas: ¿¡Eh!?
Arthur: Admito que eres poderoso, pero si tienes tantos problemas para derrotar a un crío entonces debes ser al que envían cuando todos están ocupados, ya sabes, el que sobra.
Un par de venas se hincharon en la frente del deva y agarró su lanza con más fuerza que antes.
Arthur: ¿Qué sucede? ¿Acerté?
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The Last Guardian
FantasyEn Ashmont, un mundo en el que la magia y las criaturas fantásticas forman parte del sentido común, los demonios buscan imponer su dominio sobre las razas que dominan la superficie. Los Guardianes, antiguas bestias de inigualable poder, son lo único...