Destino II: I Love You 2 [MoonSun]

Capitulo 4

Moon Byul

Después de la reunión que por supuesto los representantes no habían entendido mi propuesta, llegué a mi departamento donde Hwasa estaba, la encontré sentada en el sofá mientras veía la televisión y reía de lo que estaba viendo. En cuanto se percató de mi presencia me miró sorprendida, al parecer no entendía mi presencia tan temprano en casa.

—¿Qué haces aquí tan temprano? Creí que por ser sábado irías a ver... no sé... a alguien.—Llegué a su lado para sentarme junto a ella.

—No es algo que me interese ¿Sabes?—Me miró haciendo una mueca mientras volvía la vista a la pantalla—Allá afuera hay muchas mujeres queriendo tus huesitos, solo date la oportunidad...—Ella iba a seguir hablando pero me levanté un poco molesta.

—Ya conocí demasiado y no creo que eso sea para mí.—Rió con ironía mientras se levantaba del sofá siguiéndome  hasta mi habitación.

—No creo que “conocer” necesariamente se trate tener una chica diferente por noche.—La volteé a mirar y ella asintió —Sí, sé que vas a beber tu famoso whisky a esas discotecas donde encuentras quién sabe qué chicas y pasas...

—No hables de eso ahora, estoy cansada, no creo que sea buen momento para eso.—Me tiré a la cama quedando boca arriba.

—No, no, no, solo porque Yong...—Nunca en estos años alguien había nombrado a aquella persona, ahora tampoco sería la excepción, tan rápido como pude me levanté tapando la boca de Hwasa con una mano.

—Ni la menciones que ella ya quedó en el pasado y no pienso regresar a ese tiempo, no más.—Ella solo me miraba, sus ojos muy conectados a los míos, solo pudo asentir, con lentitud fuí quitando mi mano.

Después de que eso pasara, ella amenizó el ambiente pidiendo primero disculpas por lo que había dicho. Estuvimos platicando por unos minutos con tranquilidad pero luego sacó el tema entre mi visita a nuestra tierra y del porqué querría yo ir allá, pues en estos años de buena gana no había ido.

—Pensé que nunca irías.

—Y yo pensé que nunca te casarías.—Ella me miró con fastidio pero luego regresó la vista suavizando sus gestos.

Pensé que iba a insultarme como era su costumbre, o querer defenderse a toda costa, pero ella me tomó la mano apretándola con delicadeza, por supuesto que llamó mi atención porque yo solo la miré sin entender nada, me estaba poniendo nerviosa por lo que fuera a decir, mientras que en sus ojos podía ver la súplica interna que ella pedía a gritos. Seguramente ella tenía que decirme algo y yo no podría librarme de su sermón, pero es algo que no solía hacer, no era un terreno que ella se tomaba el tiempo de explorar.

Me removí un poco dejando la almohada a un lado con la mano libre; ella me seguía tomando de la mano y quedó sentada de manera frontal al lado mío, yo seguía pidiendo que este momento no fuera el que yo imaginaba.

—Hablemos, Byul.—Tomé un suspiro pero ella al parecer había sido contagiada por el efecto Wheein, ese en donde te lee la mente y sabe qué harás—No trates de levantarte, por favor.—En su mirada permanecía la súplica y solo me rendí a sentarme bien sobre la cama igual como ella lo había hecho.

No quería levantar el rostro y mirar a Hwasa, simplemente nunca he estado lista para una conversación como esta, nunca pensé que llegaría este momento, y menos con Hyejin quien desde muy chica era la más alocada de las tres.

Seguía pensando mentalmente y no quería mirar a Hwasa y que me diera una cátedra de cómo seguir la vida sin la persona que alguna vez dijo que me amó.

Era verdad que durante estos años me había hecho un poco adicta al sexo casual con cada chica atractiva que me encontrara, siempre busqué el cariño mutuo, eso en un principio, porque después toda esperanza se fue desvaneciendo con el paso de los meses al ver que algunas chicas solo venían a mí por interés o por sentir el placer sexual que yo les daba, al final me conformé con solo eso, probar y sentir cada cuerpo desnudo en donde un compromiso y atadura no existieran, solo sexo.