Capitulo 4

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A primeras horas de la tarde por fin Gulf ficho su salida y colgó su delantal, se cambió el uniforme, tomo su bolso y se despidió de su jefe que ese día se había quedado en el café, camino a paso decidido a la mesa en donde todavía estaba Mew sentado, mientras se acercaba se dio cuenta que este estaba hablando por teléfono y se le notaba algo irritado y entendió porque al escuchar un poco de su conversación.

—Foei sabes muy bien que no me importa que vayas hacer en tu cita con Meiko, solo haz lo primero que se te venga a la mente, no lo pienses tanto, y no, no hagas eso, estas tratando de salir seriamente, no lo eches a perder queriendo llevártela a la cama, ¡Foei no tengo ni idea!, no conozco a Meiko como tú, así que no sé qué le puede gustar, haz lo que creas conveniente.

El castaño colgó el teléfono y dejo escapar un suspiro de irritación mientras se frotaba la frente, miro hacia arriba y noto al pelinegro parado al frente de su mesa, se había perdido en la conversación con su amigo que no se dio cuenta del momento en el cual este había llegado.

— ¿Ya terminaste tu turno?

—Sí, ya no tienes que seguir esperando aquí sentando— Mew tuvo la decencia de sonrojarse parecía un acosador, estuvo toda la mañana allí viéndolo trabajar con la esperanza de poder hablar con el cuándo terminara —Se nota que quieres saber porque trabajo aquí y en Exótic Pasión.

—No lo voy a negar, pero puedo esperar a que tu estés dispuesto a decírmelo—, respondió el castaño con sinceridad, no lo iba a presionar, decidió retroceder en sus intenciones a pesar de que se había quedado con la esperanza de obtener una respuesta a sus dudas.

—Bien, porque no quiero decírtelo todavía, aun no me siento preparado para hacerlo.

— ¿Todavía?, ¿quiere decir que en algún momento lo harás?—, pregunto sorprendido el actor recibiendo un asentimiento de cabeza del otro —Está bien, me conformare con eso por ahora, ¿tienes algo que hacer?

—No, solo tenía pensado ir a casa y descansar—, respondió Gulf estirando su cuello algo cansado, no tenía ánimos para ir a otro lado así que sin darse cuenta dijo: — ¿Quieres venir conmigo?

—Claro, yo te llevo—. La sonrisa en el rostro de Mew era segadora.

Está bien, salieron del café y caminaron hasta el estacionamiento hasta llegar al auto del castaño, una vez adentro Gulf se volvió hacia Mew para darle dirección y pedirle que antes lo llevara al supermercado para comprar los ingredientes para hacer el almuerzo y abastecer sus gabinetes.

—Vivir con Meiko es como tener una hija a pesar de que ella es mayor que yo, ella a veces no es la persona más responsable de todas—. Agrego el pelinegro mientras avanzaban por las calles de Bangkok.

—Pero es una cantinera y los clientes le confían sus bebidas—, hablo Mew con algo de sorpresa por aquello, cuando la había conocido le pareció una chica bastante centrada.

Gulf solo se rio de eso, todos pensaban lo mismo apenas la conocían, los pequeños detalles despistados de su personalidad venían después cuando empezabas a convivir con ella, lo dijera él que también pensó lo mismo cuando decidió que debían compartir apartamento, a medida que avanzaban el pelinegro no pudo evitar pensar que quizás Fluke tenía razón, Mew a lo mejor de verdad solo quería conocerlo, incluso sino le contara sus secretos, en tan solo unos minutos de viaje lo había hecho reír varias veces y le conto cosas de Foei que no podía llegar a creer, una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios, acción que llamo la atención de su acompañante.

— ¿Y esa sonrisa?

— ¡Nada!—. Balbuceo el pelinegro no queriendo delatarse, cosa que hizo que el castaño riera por la graciosa expresión que había puesto.

El Amor No DistingueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora