Capitulo 10

975 188 44
                                    

Unos besos a lo largo de cuello despertaron a Gulf de su sueño, haciéndolo gemir ante los labios que rozaban y presionaban contra su piel, giro la cabeza tratando de abrir los ojos, su visión aún estaba borroso, pero logró ver a Mew parado junto a la cama completamente vestido con una dulce sonrisa en su rostro, se frotó un poco el rostro antes de pronuncia un ronco "Hola".

El castaño solo se inclinó y paso sus dedos por su cabello, haciendo que una corriente eléctrica corriera por el lugar que sus dedos masajeaban, al parecer estaban a pocos segundos de la despedida, por eso lo miró nuevamente y le preguntó:

— ¿Ya tienes que irte?

El castaño solo asintió con tristeza en sus ojos —Si, debo irme ahora para poder regresar a mi casa y recoger mis cosas, de allí tengo que reunirme con parte del equipo para irnos al aeropuerto.

Gulf se sentó en la cama y trato de darle una sonrisa, que más que eso le salió como una triste mueca —Te voy a extrañar mucho—. Coloco un lindo puchero en sus labios.

Su novio también sonrió con tristeza y tomo las manos del pelinegro entre las suyas, apretándolas suavemente, para luego llevárselas a la boca y depositar muchos besos en ellas.

—Te llamaré todos los días y trataré de escaparme aunque sea una vez para venir a verte antes de que tenga que regresar definitivamente.

— ¿Que pasas si conoces a alguien más estando en Corea?

— ¡Imposible!, tu eres el hombre de mi vida—. Lo tomo del rostro haciendo que se perdiera en su mirada y en ella encontrará la verdad que quería transmitir con sus palabras —Yo no te voy olvidar, Te amo y volveré a ti, esperare que tú también puedas decirme esas palabras, estaremos juntos para siempre—. Le dio un beso en los labios.

Las lágrimas comenzaron a llenar los ojos de Gulf, a lo que el castaño las beso y lo abrazo apretado, esa era su despedida.

—Hasta pronto Gulf, Te amo.

Mew se separó por fin dándole un último beso en la frente antes de ponerse de pie y salir de la habitación, pasa dirigirse a la puerta del apartamento; el pelinegro solo se quedó allí sentado escuchando los pasos de su novio alejarse.

Solo se movió cuando escucho la puerta cerrarse, salió de la cama y agarró el pantalón de la noche anterior, se los coloco rápidamente al igual que el sweater, para salir corriendo del apartamento, tomo las escaleras, tenía prisa en llegar a la planta baja, incluso se ganó un regaño de su casera por salir corriendo, una vez afuera comenzó a buscar en el estacionamiento.

— ¡Mew!—, grito el pelinegro corriendo hacia él — ¡Mew espera!

El castaño levantó la mirada sorprendido al ver al menor corriendo hacia él, la confusión grabada en su mente: — ¿Gulf?

Jadeando el pelinegro se detuvo frente a su novio y lo miró, el silencio pasó entre ellos en ese momento, Mew iba a decir algo, pero luego decidió cerrar la boca cuando su chico se lanzó a sus brazos, presionando su cuerpo lo más juntos que podía, para luego tomarlo del rostro y darle un beso apasionado que pareció durar una eternidad, y cuando se separó le dijo lo que tanto había esperado oír.

—Yo también te amo.

Los ojos castaños se abrieron al escuchar esas palabras, eran verdaderas y honestas, lo podía ver en su mirada pero aun así no podía creer que su chico estuviera diciéndolas, pensó que tendría que esperar un buen tiempo para que estas abandonaran sus labios, ¡Gulf lo amaba!, ¡realmente lo amaba!

Lo envolvió entre sus brazos y lo beso una vez más, en un beso tranquilo, en donde ambos se tomaron con calma la tarea de saborear la boca del otro como si tuvieran todo el tiempo del mundo para ello, un beso lleno de amor, pero en algún momento tenía que terminar por eso cuando separaron sus labios el castaño no pudo evitar preguntar:

El Amor No DistingueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora