[17] House of Cards

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Al verlo parado frente a mí mi primer instinto fue cerrar la puerta, pero él la detuvo con su mano.

- ¿Es en serio que ibas a cerrarme la puerta Jimin? ¿qué te pasa? – dijo en un tono muy alto de voz

-Y-yo, no... Yoongi por favor vete- dije lastimosamente

- Al menos dime realmente por qué no quieres estar conmigo, todo parecía diferente hace unos días, no alcanzo a entender qué cambió- dijo

-¿No te parece poco todo lo que me hiciste antes?- quise decir tratando de justificar mi situación, por instinto realmente, porque no había pensando muy bien lo que quería hacer.

Él se quedó callado, muy pensativo, solamente estaba inerte frente a mí con los ojos mirándome fijamente y una expresión de inmensa tristeza en el rostro, me quebraba por dentro, no quería sentir más dolor.

-Está bien, discúlpame es solo que pensé que por fin las cosas se habían arreglado, me voy...- dijo dando media vuelta

Lo vi caminar un par de segundos y al final no pude evitar ir tras de él, en realidad había reflexionado un poco con lo que me había dicho Nam y aun tenía miedo eso era cierto, pero ya encontraría de alguna manera la solución.

- ¡Yoongi, espera! Dame unos minutos para hablar- dije agitado tras haber corrido unos metros

- No creo que haya necesidad, lo has dejado muy claro y lo respeto, ahora por favor acepta que quiero irme porque no puedo verte- dijo muy serio

- Yo sé lo que dije, pero por favor, dame la oportunidad de explicar mejor las cosas, entra a la casa por favor...- mencioné insistente

Dubitativo al final decidió que entraría conmigo y se quedó un rato sentado en mi sala esperando a que yo dijera algo, hasta que por fin me animé a contarle todo lo que había ocurrido con Bang y lo mucho que me preocupaba que su carrera se viera afectada y no solamente la suya sino la de todos los relacionados a nosotros.

Solté cada una de mis preocupaciones y él escuchó mientras movía una pierna nerviosamente. Llevaba una gorra negra puesta y estaba agachado, así que no podía estar seguro de las expresiones que tenía en ese momento.

Yo me mantuve de pie y le di la espalda un momento porque estaba a punto de llorar nuevamente y odiaba hacerlo, no quería que me viera así o que sintiera lástima por el pobre Jimin iluso que había creído que todo sería fácil.

De repente sentí sus brazos rodeándome por detrás mientras me envolvía en un apretado abrazo y hundía su rostro en mi cuello.

-También me asusta un poco, pero me importa un carajo lo que quieran o esperen los demás de mí, lo único que me interesa saber es si tu quieres seguir con esto o no. Si no quieres entonces lo dejamos ahora que puede haber vuelta atrás, si no paro ahora después no seré capaz de hacerlo- dijo al fin.

-Por favor no pares-le contesté con la voz entrecortada y con el pulso fuera de control.

Y entonces me di la vuelta para besarlo largamente, su beso me devolvió el aire y me despejó la cabeza.

Hacía mucho tiempo que no lo tenía tan cerca y una corriente eléctrica me recorrió por completo, por un instante todo lo circundante despareció, únicamente me importaba tenerlo conmigo, sentir su lengua dentro de mi boca y sus manos recorriéndome.

Su cuerpo era diferente a como lo recordaba, se sentía mucho más fuerte y sus brazos me levantaron fácilmente para que pudiera rodearlo con mis piernas. Me colocó encima de la mesa del comedor que se encontraba cerca de donde estábamos y comenzó a despojarme de la ropa, me besaba de forma insistente como solamente él sabía hacerlo, me excitaba realmente su desesperación siempre que estábamos juntos.

Sin dejar de mirarme él se fue quitando también la ropa y me sorprendió lo fuerte que lucía su torso pálido, me besó nuevamente en los labios y me susurró al oído que moría por entrar en mí.

Yo incorporé para arrodillarme frente a él y poner su sexo dentro de mi boca, había extrañado tanto escuchar cómo gemía de placer.

Cuando estaba por terminar me tomó de los brazos y me colocó de nuevo frente a la mesa, inclinó mi cuerpo y después de prepararme durante unos minutos al fin lo sentí dentro de mí, me encantaba sentir su sudor cayendo encima de mi cuerpo, su voz grave entrecortándose entre suspiros y sus manos sujetando mi cadera cada vez más fuerte, embistiéndome con más rapidez hasta que ambos terminamos.

Al final ambos nos recostamos sobre la alfombra que cubría el piso del comedor, mientras me susurraba al oído:

-Creo que Bang se va a molestar mucho...- dijo mientras reía descaradamente

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