Serendipity

Habitación 779

Marzo 2017, Chile

Nunca habría imaginado que llegaríamos tan lejos, para ser sinceros. Era casi imposible concebir que en menos de un día se habían agotado las entradas de nuestro concierto en un país que se encontraba casi del otro lado del mundo, ni en mis mejores sueños un chico humilde de Busan como yo se habría puesto en el lugar en el que nos encontrábamos ahora.

La situación era completamente distinta que en nuestros inicios donde prácticamente teníamos que dormir en hoteles sencillos y compartiendo habitaciones y racionando la comida para que nos alcanzara para todo el tiempo que estaríamos de viaje, ahora las ganancias de nuestra música por fin permitían que cada miembro tuviera su propia habitación ¡finalmente no tendría que soportar los asquerosos olores de los demás ni el terrible ronquido de Nam cuando estaba en extremo agotado!

Sin embargo, tenía una sensación constante de melancolía ya que en esos viajes eran las únicas ocasiones que, sin ninguna excusa, yo podía acercarme libremente a Yoongi y contemplarlo de cerca mientras componía música o simplemente dormitaba.

Había pasado un tiempo considerable en el que habíamos decidido mantenernos como "amigos", la realidad es que mis sentimientos hacia él nunca podrían haber encajado en esa denominación, cuando por casualidad nuestras mirabas se cruzaban, un escalofrío recorría cada extremo de mi cuerpo, mis manos sudaban, no podía evitar dirigir mis ojos hacia sus labios y recordar, traer a mi mente el dulce y tibio sabor de su saliva, y sus manos ¿qué puedo decir de sus manos? Podrían ser el motivo de perdición de cualquiera.

Los ensayos para el concierto fueron breves pero intensos ya que la agenda de nuestro tour era considerablemente apretada, así que todos los días terminamos tan agotados que muchas veces no me era posible ni siquiera llegar a quitarme la ropa del ensayo y ponerme pijamas, simplemente terminaba desfallecido sobre mi cama; sin embargo, ese día fue especial.

Durante ese ensayo nos habían dado la libertad de utilizar las duchas de algunos camerinos, así que decidí aprovechar y solamente llegar a mi habitación a dormir, se supone que a cada uno nos habían asignado un camerino para la ducha.

-Toma te toca el número 9- me dijo Bang cuando me entregó las llaves

Así que caminé intentando descifrar la ubicación cuando por fin encontré la puerta con el número indicado, sorpresivamente estaba abierta, así que arrojé mi mochila a un lado y me empecé a desnudar.

Cuando estaba por entrar a la ducha me percaté que de la puerta salía un ligero vapor que empezaba a inundar la habitación, de inmediato me envolví en una toalla y sostuve el primer objeto que encontré para defenderme y abrí ligeramente la puerta del baño, cuando la mejor de las imágenes inundó mi vista.

Era Suga duchándose, apenas y se veía su cuerpo desnudo por el vapor, pero pude contemplar su cabeza echada hacia atrás disfrutando de la tibieza del agua, miré su ancha espalda y sus manos colocando jabón sobre sí mismo, vi su sexo que tantas locuras me había hecho imaginar durante tantas noches.

No pude evitar tirar mi toalla y entrar al lugar donde estaba. De inmediato se percató y me miró con los ojos muy sorprendido, sin saber qué decir, me quedé ahí parado, desnudo contemplándolo mientras él hacía lo mismo.

No hubo necesidad de palabras, él se acercó poco a poco y me tomó por la cintura, con una de sus manos alzó mi mentón para que mis labios alcanzaran los suyos y volvimos a besarnos como hacia mucho tiempo no lo hacíamos.

El momento no duró mucho porque escuchamos nuevamente un ruido en la puerta y ambos exaltados cerramos de inmediato la puerta del baño.

-Suga ¿estás aquí? - gritó Bang

-Emm si, estoy en la ducha- contestó tratando de sonar lo más normal posible

-Bien, creo que confundí a Jimin porque le dije que le correspondía la habitación 9 pero en realidad su llave es la 6, si viene por aquí ¿le podrías avisar?

Tratamos de ahogar una pequeña risa, y él le dijo que si me veía me daría su mensaje.

No hubo más ya que el miedo nos invadió y no sabíamos qué decirnos el uno al otro, así que, durante todo el camino de regreso al hotel, sentí como si todo el cuerpo me hormigueara, me había causado una enorme satisfacción saber que él sentía todavía lo mismo por mi.

Cuando todos parecían haberse instalado en sus habitaciones, corrí hacia la puerta con el número 779.

Al abrirme, dibujó una media sonrisa en el rostro y dijo: "te estaba esperando".

Habíamos perdido el control por completo, me colocó contra la pared mientras me miraba de forma muy intensa y sentía el calor de su aliento muy cerca de mis labios, su lengua comenzó a lamer mi cuello, mi torso y finalmente se desprendió de mis pantalones y comenzó a lamerme y colocar mi sexo dentro de su boca.

La imagen de Yoongi arrodillado lamiéndome por completo me enloqueció, decidí separarlo antes de que terminara y comencé a deshacerme de su ropa, hice lo mismo que él había hecho conmigo hacía unos momentos y poco a poco me fui preparando para que pudiera estar dentro de mí, como tanto había deseado durante tanto tiempo.

Tomé entre mi mano su sexo y bajaba y subía hasta sentir su humedad en mis dedos.

Por fin, cuando sintió que estaba preparado volteó mi cuerpo e hizo que me inclinara un poco sobre la cama

-¿Estás seguro de esto?- dijo con la voz entrecortada

-¡Hazlo, te necesito dentro de mí!- supliqué

Cuando por fin se adentró, no pude evitar soltar un gemido estruendoso, era la mezcla perfecta de placer y dolor.

Estaba en una nube de placer cuando escuchamos fuertes golpes en la puerta.

-¿Suga? Soy Hope- escuchamos fuerte al otro lado de la puerta

-Aghhh ¿qué quiere Hoseok? Nunca me llama Suga... a menos que...

-Están grabando- alcancé a decir con voz nerviosa

Se envolvió en lo primero que encontró y sin casi abrir la puerta recibió la comida que le habían enviado, en efecto la cámara estaba justo detrás de Hobi.

A lo lejos escuchamos la risa de J-Hope, parece que alguien más sabía nuestro secreto.

-Aun no terminó contigo- dijo con su voz grave mientras regresaba a la parte donde nos habíamos quedado.