[9] Confesiones

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Después de estar un par de minutos abrazados por fin lo solté y miré sus ojos sonrientes

-¿Podemos hablar entonces?- dije de forma seria

-Pues claro ¿no me vas a invitar a pasar? Te dije que me estoy muriendo de frío - señaló mientras se envolvía en sus brazos fingiendo que tiritaba.

Encendí las luces y lo invité a sentarse en la sala, mientras me ofrecía a ir por algún trago para acompañar el momento.

Cuando regresé él estaba divertido viendo toda la decoración, era la primera vez que estaba en mi nueva casa.

-¡Vaya Suga, no pensé que tendrías tan buen gusto decorando casas!- mencionó con su rostro sorprendido.

-¡Ah, vamos! Sabes que siempre me gustó el diseño- dije un poco ofendido

-Es verdad, recuerdo aquel episodio donde decoramos las habitaciones, fue divertido- dijo Jimin mientras su rostro se tornaba algo nostálgico

Me quedé ahí parado con los vasos sin saber qué decir, sinceramente no había pensado demasiado en lo que iba a pasar teniéndolo ahí frente a mí.

-¿No me vas a dar la bebida?- mencionó Jimin y se dirigió hacia mí, quitándome el vaso de entre las manos.

Dio un trago largo, tan largo que vació por completo el contenido, lo cual realmente me sorprendió porque era un licor bastante fuerte.

-¡Ufff! Llévalo con calma- le dije con una sonrisa

-Bueno es que necesitaba algo de valor- dijo con una voz muy baja, casi imperceptible

Pasó su mano sobre mi cabello negro y sentí como se escurría a través de sus dedos

-Te queda muy bien el cabello largo, hyung, me gusta- señaló un poco enrojecido, creo que el efecto del alcohol comenzaba a invadirlo

Realmente no sé qué produce en mí, pero cada que estoy cerca es como si algo en mi cerebro se desconectara, como si el Yoongi de siempre desapareciera y diera paso a un ser completamente impulsivo, así que, sin cuestionármelo, lo besé.

La sensación familiar de sus labios gruesos me pareció que era como si llegara la respuesta a todo lo que me había hecho sentir incompleto durante tantos meses. Nuestro beso no fue intenso, más bien fue como un reencuentro de algo a lo que habías perdido y sin buscarlo te alegras de encontrarlo de nuevo.

Él con sus pequeñas manos sujetó mi rostro y separó sus labios de los míos para mirarme.

-Por favor no lo hagas hyung, ya no juegues conmigo- dijo con su voz un poco quebrada – no me hagas pasar por lo mismo si no tienes la intención de tomarlo en serio.

No tenía idea de qué decir, así que lo atraje hacia mí nuevamente y lo tomé por la cintura, me acerqué para besarlo de nuevo y sentí que me empujaba con fuerza.

-Dije que pararas Yoongi, deja de lastimarme- me gritó y se dirigió al sillón donde había dejado sus cosas con toda la intención de irse.

Me quedé ahí parado, mi cabeza no procesaba nada, quería decirle algo, pero simplemente no me salía nada, solo tenía esta urgencia de sentirlo entre mis brazos.

Vi que caminaba a la puerta, con los ojos algo vidriosos y muy enojado, nunca lo había visto de esa manera, otra vez le había hecho daño.

Cuando lo vi salir por la puerta fue como si hubieran arrojado un balde de agua helada en la cabeza, ¿qué diablos estaba haciendo?

Corrí hasta alcanzarlo ya casi en el camino que daba al portón de la casa donde posiblemente había dejado su automóvil.

-¡Hey, Jimin! ¡ESPERA POR FAVOR!- grité agitado

-Yoongi, las cosas para mí son diferentes, no solamente quiero esos breves momentos en donde se te ocurre besarme o hacerlo conmigo. Yo vine a ponerle fin a eso, quiero que seas mi amigo, no te quiero perder, pero realmente me enferma que me trates como un objeto, que no me digas nunca nada- soltó desesperado

Lo miré apenado, porque tenía razón, nunca supe bien como expresarle lo que sentía, siempre quise ser el tipo frío al que nada le hace daño, porque yo pasé por mucho sufrimiento antes y no quería exponerme a una herida más, pero ¿qué más daba si quien me hería era él?

-Jimin, es que yo no quiero ser tu amigo- dije lo más solemne posible

-¿Qué? Bueno, entonces limitémonos al trabajo y se acabó- mencionó con una ira enorme

-¡Arrrghhh! Es que cómo no entiendes- y lo sujeté fuerte- Jimin estoy enamorado de ti ¿te quedó claro?

Abrió los ojos muy sorprendido, y de repente la sorpresa se convirtió en alegría.

Por fin fue él quien tomó la iniciativa de besarme.

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