Capítulo XXXIX

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Los estudiantes se habían reunidos en el campo de quidditch, estaban entusiasmados por ver quien resultaría ganador del torneo. Desde un palco había una gran pancarta que tenía escrito "PETER WINNER", esa pancarta era sostenida por tres Slytherin. MJ también estaba mostrando su apoyo al castaño agitando un banderín.

Dumbledore: ¡Atención! ¡Damas y caballeros, va a dar comienzo la tercera y última prueba del Torneo de los tres magos! Con ochenta y cinco puntos cada uno... ¡el señor Peter Parker y la señorita Hadley Potter, ambos del colegio Hogwarts! –los aplausos y vítores empezaron—. En segundo lugar, con ochenta puntos, ¡el señor Viktor Krum, del Instituto Durmstrang! Y, en tercer lugar, ¡la señorita Fleur Delacour, de la Academia Beauxbatons!

Los primeros en salir serán el señor Parker y la señorita Potter al ser los primeros y tener el puntaje más alto. Después saldrá el señor Krum y, por último, la señorita Delacour.

Los alumnos apoyaban a sus respectivos campeones. El castaño alcanzó a ver a las tres Slytherin sosteniendo la pancarta, así que, les dedicó una sonrisa. Mientras veía a todas las personas en los palcos, su vista llegó a una francesa, Gabrielle Delacour, cuando la chica vio que el castaño la estaba viendo le dio una sonrisa y le guiño un ojo. También vio a Hermione y Gwen con dos banderines cada una, los banderines llevaban los nombres de Hadley y de él. Eso confundió un poco al castaño. Por último, vio como Gwen rechazaba a un estudiante de Durmstrang que parecía querer invitarla a ir al palco del colegio de su colegio.

Dumbledore: El profesor Moody escondió la copa de los Tres Magos en el laberinto. El primero en llegar a él será el vencedor. Los profesores rondaran por fuera del laberinto si algún participante tiene problemas y desea abandonar tendrá que lanzar hispas rojas al cielo.

La prueba inició y Peter y Hadley entraron a laberinto. Detrás de ellos el laberinto se cerró y se dejó de escuchar el sonido de los aplausos de los estudiantes. Una densa niebla estaba en el laberinto impidiendo la visión.

El castaño avanzó atento a su alrededor. Caminaba lentamente y viendo cada centímetro que avanzaba. De pronto su sentido arácnido le avisó que algo venía de atrás. Haciéndole caso a sus instintos saltó y dio un giro en el aire. Al aterrizar levantó la mirada y vio una bludger girando para volver a embestirlo.

Peter: ¡Reducto! –lanzó el hechizo y la bola explotó quedando solo pedazos de ella-. Eso estuvo cerca... Tal vez sea este camino. ¿Cómo le estará yendo a Hadley?

El castaño siguió avanzando hasta que se encontró con un callejón sin salida.

Peter: ¡Maldición! –dijo frustrado y luego sintió algo que subía por su pierna-. Ahora esto.

Una raíz trataba de aprisionar al castaño, pero Peter decidió lanzar el hechizo para producir fuego. Luego de quemar la raíz estaba regresando para seguir por otro camino, pero cuando se dio cuenta encontró otro callejón sin salida. Ahora estaba encerrado entre cuatro muros de plantas sin saber a dónde ir. A unos metros de él, el grito de una mujer se escuchó, Fleur parecía tener miedo.

Peter: ¡¿Fleur?! –gritó-. Tontas plantas.

El castaño quería salir de ahí, pero las plantas no lo dejaban. Cuando bajo la mirada pudo ver que varías ramas salían para poder atraparlo y de pronto también salieron por encima del muro de plantas.

Peter: Debe ser una broma –dijo sin poder creerlo-. ¡Confringo!

El castaño solo logró explotar una rama, pero varias más aparecieron.

Peter: ¡Bombarda! –gritó y todo ese muro se deshizo, dejando un camino al castaño-. Ahora a buscar a Fleur.

El castaño trató de recordar de donde había gritado Fleur y cuando dio un giro en una esquina del laberinto logró ver a Hadley acercarse a Fleur.

Una araña mágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora