Capítulo 3

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ㅡJennie, ¿Quieres un chocolate?— ofreció Lisa en voz baja, estaban en el supermercado, y la góndola de las golosinas había llamado su atenciónㅡ ¿Las alucinaciones comen chocolate?

Ella no era de cosas dulces, le gustaba más las cosas saladas, pero la esponjosa castaña a su lado parecía que era lo opuesto a ella, por eso le había preguntado.

ㅡMmm.... Quizás alguno dulce, dulce como los labios que anhela, de alguien que espera.

ㅡBueno, te llevo el de frutilla.

Jennie sonrió ampliamente, sus ojitos se hicieron dos líneas y sus mejillas se colorearon de rosa, casi tan rosa como el algodón de azúcar.

Lisa llegó a la caja registradora, metió todo en su tote bag sin ningún cuidado, salvó por ese chocolate que dejó para el final, para que no sea aplastado por los cinco paquetes de ramen instantáneo ni por la coca cola de dos litros.

ㅡSon lindas las tardes de sol—dijo Jennie, eran casi las seis de la tarde y el sol empezaba a bajar, siendo más cálido y dorado —, la luz se siente como un abrazo al corazón.

ㅡ Lo que tú digas, Jennie, no me gusta mucho el solㅡ dijo Lisa, pasaron junto a un banco libre, una mitad estaba a la sombra de un árbol, la otra estaba frente a la luz del sol, sin pensarlo dos veces, fue hacia allá y se sentó, soltó un suspiro pesado cuando pudo dejar la bolsa de las compras en el suelo y relajar sus brazos un momento.

ㅡ¿La palidez de tu piel, será igual a la friadez de tu ser?

ㅡNo creo que "friadez" sea una palabra— replicó Lisa.

ㅡBuscas escusas gramaticales, para evitar tus verdades existenciales.

ㅡNo te daré tu chocolateㅡ Lisa negó.

Jennie rió por lo testaruda que estaba siendo Lisa, la mayor no quería verla porque se veía muy bonita y muy real a la luz del atardecer, demasiado, al punto en que casi se lo creía.

Para intentar creer que aquella joven hermosa a su lado no era real, aventuró con su mano a tomar la de la castaña, se sorprendió cuando sonrió aquel cosquilleo en la punta de sus dedos.

Jennie bajó la vista hacia la mano de Lisa, abrió sus dedos para engancharlos en los de la pelinegra, atrapandolos en su manito, mucho más pequeña en comparación con la mano de la mayor.

ㅡSi hubiera una forma de abrazar en diminutivo sería tomarse de las manos, así que permítame abrazarte hasta que tus dolores estén sanos.

Lisa soltó una pequeña risa-suspiro.

ㅡEsa fue una buena rima, Jennie, podría usarla en algún poemaㅡ Jennie solo asintió, con una sonrisa tranquila, mientras miraba sus manos unidas con una sonrisa en su rostro. ㅡ¿Estás aquí para que pueda volver a escribir poemas o por algo más?

ㅡLas respuestas están en tu corazón

—Jennie, no me contestes con una rima.

ㅡTemo decirte sin miedo, que no puedo.

Lisa suspiró, llevaban semanas juntas, más de un mes, las rimas de Jennie era algo que la tenia más o menos acostumbrada pero cada tanto tenía esos pensamientos de que si se podía callar de una vez, porque tantas rimas la volvían loca.

Ella no era una persona que hablara mucho, y menos con otras personas, pero apreciaba que Jennie estuviera a su lado para darle charla, solo le gustaría que no hablara todo el día en versos y que pudieran tener una conversación normal.

Quizás así se sentiría más normal.

Por más que estuviera hablando con alguien que no existía.

Rhyming heart || JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora