Capítulo 4

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ㅡEscribir de desamor, desde un corazón sin amor, es construir una fachada sin cimientos, un total desconcierto.

ㅡ Será desconcierto para los que saben de casas, Jennie, ninguno de mis lectores sabe una mierda de amor....ㅡ dijo Lisa, había anotado unos cuantos versos, todos eran de las palabras de Jennie, pero justo cuando la necesitaba en sus cursilerías la castaña se ponía en modo maldito y no decía nada.

Lisa había recibido una oferta importante desde la editorial en la que trabajaba, era un libro de poesía en conjunto con otros escritores y un grupo de ilustradores, la mayoría muy conocidos, el libro la podría ayudar a hacerse conocer a más gente.

El libro tenía como temática el amor, y Lisa nunca había sido buena para hacer poesía sobre el amor de forma romántica, aquel sentimiento alegre que es el comienzo de todo... Principalmente porque nunca lo había experimentado.

Tal como nunca se había enamorado, nunca se había desenamorado, ni había tenido un corazón roto.

Pero creía que aquello era mucho más fácil para representar que el amor en si, y hablar de desamor también es hablar de amor.

A demás de que ahora, tenía a Jennie, aquella persona extraña que desde hacía semanas que estaba rondando su vida, y en parte, su corazón.

ㅡ La gente no sabe de amor, Jennie, ni siquiera la que está enamorada.

ㅡ El amor es la duda constante de la existencia, ¿Es la razón de existir, el amor? ¿Es el amor, la razón de existir?

ㅡEso no rimó, te estás oxidando.

ㅡLamento de las rimas ser deudor, pero a veces la poesía vive del fluir.

ㅡEso tampoco rimó...ㅡ Lisa la miró con el ceño fruncido, Jennie alzó una ceja, como desafiante ㅡAy, maldita sea... Rimó con lo que dijiste antes, Jennie, la puta madre, creí que lo habías logrado.

—¿Lograr? ¿Que deje de rimar?

ㅡ Exacto, Jennie, eso... Es un poco molesto a veces.

ㅡSabrás tú, en tu corazón, porqué me has hecho así. Si esto será un don, o una maldición. Pero las rimas son mi razón, sí. O quizás son las tuyas, Liz ㅡ replicó la castaña —. Yo estoy aquí, y en realidad no,de tu mente salí, por algo me necesitabas aquí.

Lisa no dijo nada, se volteó hacia ella, Jennie estaba sentado junto a ella, en aquella cama que compartía desde la primera vez que Jennie había aparecido, semanas atrás, la luz de la lámpara de noche las iluminaba apenas lo suficiente, y quizás era al sueño de las tres de la mañana, pero Lisa veía todo más oscuro que lo normal, solo la presencia de Jennie parecía alumbrar su cuarto.

ㅡJennie, de verdad, y se sincera, ¿Tú sabes porqué estás aquí?

Jennie hizo un puchero y se encogió de hombros, Lisa sentía que la castaña estaba escondiendo algo.

ㅡ¿Eres una representación de la soledad, de la depresión o de la muerte? ㅡ preguntó.

ㅡSeré lo que tú quieras que yo sea.

ㅡ¿Y si elijo que seas amor? ㅡ su mano fue hacia una de aquellas mejillas gorditas que tenía la menor.

ㅡUsted puede creer en lo que creaㅡ dijo Jennie, volvió a encojerse de hombros de forma chiquita y preciosaㅡ. Pero estar conmigo de cualquier manera solo engañara a su mente, puedo yo ser su amor pero al corazón no se le miente... ¿Cuánto puede durar el engaño de lo que siente?

ㅡ Jennie... Necesito saber qué es el amor, si tú puedes ser amor, necesito que me enseñes.

ㅡ¿Qué puede aprender un ciego de una luz que no puede ver?

ㅡPero puede sentir el calor de la luz en su piel, entonces sabe que hay luz — acarició su cabello color café.

ㅡSolo será un calor, no es el mismo querer.

ㅡJennieㅡ Los ojitos de la menor la miraban con brillos, sus mejillas estaban muy rojas, Lisa estaba segura que la cercanía de sus rostros la estaba poniendo nerviosaㅡ. Si tú pudieras elegir, entre ser soledad, depresión, muerte o amor, ¿Qué elegirás ser para mí?

Jennie se la pensó unos cuantos segundos, mordiendo sus gruesos labios, aquellos belfos que Lisa no podía ignorar y que anhelaba en secreto.

Estar con Jennie esas semanas la habían acostumbrado a la idea de tener a alguien, ella era casi como la ilusión, de tener una pareja, era como si se hubiera salteado todos los pasos previos: nada de conocerse primero, nada de un primer beso, nada de formalidades... Jennie solo estaba ahí para hacerle compañía y rimas en su corazón.

ㅡ¿Qué quieres ser?

ㅡAmorㅡ respondió Jennie finalmente ㅡ. Amorㅡ repitió, y la forma en que sus labios se fruncieron hacia adelante en aquella palabra fue suficiente para terminar de derretir el corazón de Lisa, quien terminó de acortar las distancias, esos infinitos tres centímetros entre sus bocas, para encontrarse en un baile que debía ser real.

Era real porque esas cosquillas en su estómago eran reales, porque esas mariposas que agitaban sus corazones, y esas mejillas cálidas, esos labios húmedos y calientes contra los suyos que tenían un extraño sentimiento de familiaridad, como si ya los conociera de antes, quizás de otra vida, o de otro mundo... No había forma que aquel amor fuera otra alucinacion.

Rhyming heart || JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora