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Me estaba confundiendo horriblemente; estaba entre el 'sí' y el 'no' acerca de descifrar sus sentimientos hacía mí. Juro que no lo entendía.

Cuando me habia sentado, los miré acomodados en la pista, bailando una canción y no una melodía, aunque era igual de lenta.

Tenía que deshacerme de inmediato de todas mis especulaciones, de todo tipo de pensamiento en el que cavilara a Sunghoon. Él no debía de estar rondando en mi cabeza, vagando junto a las fantasías implacables que se desataban con cada mirada o tacto suyo.

Volví a prestar atención a ellos. Eran la pareja perfecta, sin duda. Y aunque estaba terriblemente confundido por el actuar de Sunghoon; sí tenía una cosa en claro... no permitiría que jugara conmigo, ni mucho menos con Sunoo, y por supuesto, tampoco que le rompiera el corazón.

- Vuoi ballare con me?(Quieres bailar conmigo) - La voz de una joven de cabello suelto me hizo mirarle.

Me tendía la mano, como Sunghoon lo había hecho antes. Pude adivinar entonces que me pedía un baile. Pero no tenía muchas ganas de bailar.

- Lo siento, no hablo italiano - Dije sonriéndole.

-Oh, parli coreano, ma per favore balla con me (Oh, ¿Hablas coreano, pero por favor baila conmigo? )- No sabía qué había dicho, pero no quitaba la mano extendida hacía mí.

Miré hacía la pista de baile, Sunoo y Sunghoon seguían allí, moviéndose al sonido de la música. Yo no tenía que quedarme aquí sentado, abandonado; además la chica que me pedía un baile era linda. Su pelo rubio que caía sobre sus hombros se veía suave, sus ojos avellana y sus labios rosados y rellenos me recordaron en cierta parte a Sunghoon, aunque en versión femenina.

-Qué más da- Farfullé y me levanté de la silla aceptando la invitación de baile.

Ella me sonrió y me condujo hasta la pista, en donde al instante atrajimos la atención de la pareja a mi lado. Sunoo y Sunghoon.

Sunoo me sonrió, mientras que Sunghoon frunció el ceño. ¿Y ahora qué pretendía? ¿Quería tenernos a Sunoo y mi para él nada más? Pues estaba muy equivocado, aún así me doliera en lo más profundo de mi alma, él sólo sería de Sunoo, nada más.

Les di una sonrisa de autosuficiencia, sintiéndome orgulloso no sé de qué. Y volví mi mirada a la chica que bailaba conmigo, mientras que la de Sunghoon no se despegaba de mí.

No podía conseguir pegar los párpados después de esa noche, daba vueltas y vueltas en mi cama, siendo la una de la madrugada; apenas había pasado una hora y media desde que habíamos llegado al departamento

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No podía conseguir pegar los párpados después de esa noche, daba vueltas y vueltas en mi cama, siendo la una de la madrugada; apenas había pasado una hora y media desde que habíamos llegado al departamento.

Exhalé agobiado y me levanté por un vaso de leche, para ver si así conseguía que el sueño se compadeciera de mí. Serví el líquido blanco en un vaso y luego de darle un sorbo, escuché un murmullo en la habitación de Sunoo. Curioso me acerqué a su puerta, con paso sigiloso, seguro estaría hablando dormido. Cuando estuve detrás de la puerta, alcancé a percibir su voz perfectamente sobria, sin atisbo alguno de somnolencia, hablaba con alguien, pero, ¿A estas horas? ¿Con quién?

Manual de lo Prohibido | JakeHoon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora