-Sólo quiero hablar con él – Era su voz, sin duda, la que se oía a través del pasillo con eco propio.
Me quedé helado, mis pies no se movieron más y mi cuerpo quedó escondido tras la pared continua.
-Pero él no quiere hablar contigo, pervertid – Esa otra voz era la de Heeseung.
¿Qué estaba sucediendo?- Pensé
-¿Pervertido? – Repitió Sunghoon, escandalizado.
-¿Lo llevas a tu casa sabiendo que no está en sus cinco sentidos? No te hagas el santo– Alegó Heeseung.
-Lo llevé a mi casa por eso mismo – Explicó- No iba a dejarlo aquí solo en ese estado, además, yo no tenía llave de este departamento, ¿Qué querías? ¿Qué lo dejara en el pasillo? – Replicó.
-No pasaras a verlo- Replicó el mayor.
-Tú no decides, no tienes derecho – Decía Sunghoon
-No decido, sólo te estoy repitiendo lo que él me dijo esta tarde – Refutó Heeseung
-Necesito hablar con él, y tú no me lo vas a impedir – Advirtió Sunghoon.
-Pues, ojalá lo encuentres – La voz de Heeseung parecía ocultar una sonrisa malévola.
Hubo un silencio y me eché a correr al captar que la conversación entre ellas había terminado y que Sunghoon pasaría por donde yo estaba escuchando todo.
Corrí hacía el ascensor, Sunghoon no lo tomaría, de eso estaba seguro. Las puertas se abrieron a tiempo y me escondí antes de que sus ojos me vieran. Apreté el botón para el cuarto piso, sólo por si acaso y el estómago se me encogió, evidentemente más sensible, cuando el ascensor subió un piso arriba.
Cuando las puertas se abrieron de nuevo y me dejaron salir, bajé rápidamente las escaleras hasta mi piso y llamé a la puerta del departamento trescientos ocho. Alguien dentro refunfuñó palabras ininteligibles y luego la tía de Heeseung me abrió la puerta y me puso mala cara, deformando su rostro con más arrugas de las que ya tenía. Su cabello blanco estaba atado en una deshecha coleta y algunos cuántos pelos se salían de su lugar.
-Disculpe que la moleste, ¿Está Heeseung? – Pregunté.
-¡Heeseung! – Lo llamó, luego sin decir nada más, se dio media vuelta y volvió al sofá en el que seguro estaba antes.
Heeseung salió de una de las habitaciones y después de que miró a su tía me captó en la puerta de entrada, esperando.
-Oh – Musitó y se acercó a toda velocidad-. ¿Qué pasa, Jake? – Dijo, saliendo un poco y cerrando la puerta tras de sí.
-Escuché la discusión que tuviste con Sunghoon, ¿Por qué? ¿A qué vino? – Inquirí, desesperado.
Él exhaló.
-Venía a hablar contigo, pero le dije que tú no querías hablar con él – Musitó.
-Eso lo escuché, pero ¿Por qué le dijiste que yo no quería hablar con él?
-Pues, ¿No es obvio? Jake, yo sé que te lastimaría más de lo que ya lo ha hecho. No quiero que te sientas culpable de nada, Sunghoon es el que tiene la culpa aquí y quiero que lo acepte. Además ya has llorado bastante.
-Pero...
-A menos de que quieras despedirte de él, yo no puedo impedirlo – Se encogió de hombros.
-No – Negué rotundamente- Ni siquiera le diré que me voy.
-No digas que te vas, se siente horrible – Musitó, bajando la mirada.
ESTÁS LEYENDO
Manual de lo Prohibido | JakeHoon
RandomDecían que eran la pareja perfecta. Mi mejor amigo, el chico más dulce y amable, junto a su novio, aquel chico que a simple vista era tan guapo cuál Dios. Luego estaba yo, situado justo en el medio; enamorado del Novio de mi mejor amigo. Adaptación ...