Capitulo 9

93 18 7
                                    

  Ya no aguantaba esta presión en el pecho, por más lágrimas que derramaba no se iba, simplemente seguía ahí, latente, a cada segundo. Íbamos en el coche, Andreas iba a mi lado, me mantenía pegada a el, su brazo izquierdo me rodeaba por los hombros, era un buen sistema de apoyo en este momento, pero aún no sabía que rayos le pasaba, porque un hombre como él querría casarse con alguien como yo? Pensando esto observé que no íbamos por la calle que conducía a mi casa.

-A donde vamos? Acaban de pasar mi calle.- comenté sería.

-No te dejaré sola en tu casa. Te quedarás conmigo.- afirmó

-No puedo, no tengo ropa, necesito ir a mi casa.- le espeté, el me miró fijamente por unos segundos y resoplando asintió

-Bien, pero que sean unos minutos.

-Esta bien, recogeré unas cosas y ya.- susurré nerviosa, este hombre era una caja de sorpresas, no entiendo cómo de un momento a otro pasa de ser cariñoso y sensible a ser frío y firme. Rollers dió media vuelta en dirección a mi casa, minutos más tarde aparcó frente a ella. - No me tardaré.- dije bajando me del auto.

-Iré contigo, te ayudaré.- dijo él dándome una mirada que denotaba que no tenía derecho a réplica. Bajo Él tambien del auto y me siguió. Abrí la verja de la entrada y saqué rápidamente de mi pequeño bolso las llaves de la casa, todo estaba oscuro, excepto la cosina y podría jurar por cualquier cosa a que no la dejé así.

-Hay alguien aquí- le dije asustada, retrocedí unos pasos y me pegue a él - no deje la luz encendida- susurré señalándole la cosina.

-Quedate aquí.

-No, me da miedo- dije ansiosa.

-Ve con Rollers.- dijo fuerte, a lo que negué - entonces quédate detrás de mi y no hagas nada estúpido.- dijo bufando. Caminé silenciosamente detrás de él. Hasta la cosina, no había nadie, de pronto se escuchó crujir la escalera, nos quedamos quietos esperando a ver quién bajaba. Era mi padre.

-Que demonios haces llegando a esta hora de la madrugada y con un hombre?- espetó éste.

-No es tu problema, que haces aquí? Esta ya no es tu casa.- dije sería.

-Es mi casa, pague por ella y puedo entrar cuando se me de la gana.- dijo riendo.

-Perdiste ese derecho cuando nos abandonaste. - le grité parándome en frente de él.

-Esta es mi casa, y los dejé porque no podía estar con una mujer que esperaba un hijo de otro hombre, y menos ahora con una hija puta!

Una sonora cachetada hizo eco en la sala.

-A mi no me llamás así!.

-A no? Y que eres vestida así y con este hombre. - dijo empujandome. Andreas se situó delante de mí y encarandole le dijo

-Quite sus asquerosas manos de ella, última vez que la toca.

-Y quien es ud para decirme tal cosa? Ella es mi hija y puedo hacer lo que me venga en gana.

-Soy su esposo. Asi que déjela en paz, y mejor que recoja sus cosas y se marche, no es bienvenido en esta casa.- dijo retandolo con la mirada, Andreas se veía tenso, y apretaba los puños en señal de que se estaba conteniendo para no golpearlo.

-Vaya, veo que sabes darle provecho a tu hermosura, escalaste alto Amanda justo como lo que la puta de tu madre quería hacer, son dos Putas mise..... -No termino la palabra puesto que el puño de Andreas lo derribo acallandolo. Este se encontraba en el suelo tomándose la barbilla.

-Mas respeto por los muertos.- dije con la voz cortada, no puedo creer que la persona que un día fue la luz de mi ojos, me tratará de semejante manera, mi propio padre.- Así es, ya no seremos más molestias para ti. Mamá y Aarón fallecieron esta tarde, y yo, mañana por la tarde me iré de aquí y nunca me volverás a ver.- le grité al borde de las lágrimas nuevamente. Esta vez no de tristeza sino de rabia.

-Vamos- dijo Andreas tomándome por el brazo.- no volverás a pisar esta casa más nunca.- asentí a modo de respuesta, pero rápido corrí escaleras arriba, tomé un gran bolso y metí varias prendas de ropa, unos jeans, unas blusas, ropa interior, algunos productos y unos tennis blancos. Tome mi neceser de aseo con todos mis productos y salí corriendo escaleras abajo, Mi padre se encontraba de pié pero aún limpiándose la sangre que brotaba de su labio, lo mire una última vez, me di la vuelta y salí de la casa con un Andreas bastante serio detrás de mi. Entré al auto y el conmigo. Una vez dentro deje salir toda la frustración que tenía en lágrimas, Andreas no decía nada y yo tampoco, llegando al hotel, me dije a mi misma que no lloraría más, ni una sola lágrima más por algo que no valía la pena. Rollers abrió  la puerta de mi lado y me ayudó a salir, Andreas salió por el otro lado y rodeó el auto.

-Dame eso- dijo quitándome el bolso de mis manos, yo solo quede con mi neceser pequeño, lo seguí y entramos a el hotel. La primera impresión fue la de entrar a un castillo, era todo tan elegante, Una gran lámpara de araña guindaba de el techo a mitad de el gran salón, a el lado derecho estaba la recepción, en frente una gran escalera arqueada y justo al fondo el ascensor. Todo gritaba Dinero, Lujos, y 5 estrellas.

Andreas paso por recepción una milésima de segundo, solo retiro su tarjeta y se encaminó al ascensor, yo simplemente cual perro faldero le seguí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Andreas paso por recepción una milésima de segundo, solo retiro su tarjeta y se encaminó al ascensor, yo simplemente cual perro faldero le seguí. El ascensor de igual manera era lujoso, el silencio incomodo que había era espeluznante. Llegamos al último piso, Andreas se alojaba en la suite presidencial, paso su tarjeta y la puerta abrió, entramos a una amplia sala de estar, era de concepto abierto, daba a una cosina lujosa, y al fondo un amplio ventanal con vista a todo el centro de Londres. Los muebles de exquisito tapizado en color marfil. Él se veía perfecto entre tal lujosidad, pero yo, estaba incómoda, no pertenecía a este estilo de vida.

-Quieres algo de tomar?- preguntó el acercándose lentamente a mi. Negué levemente, el sostuvo mi cara con sus dos grandes manos y acercó su frente a la mía, volvía a ser el tipo suave y cariñoso de hace una hora. Sin pensarlo, si. Siquiera analizar mis palabras susurré

-Te necesito....- el abrió sus ojos mirandome fijamente.

-No creo que este sea el momento adecuado...- no le dejé terminar.

-Te necesito Andreas..- susurré nuevamente, sus pupilas se dilataron y el azul claro mezclado con pintas marrones que eran sus ojos, ahora se oscurecieron tanto que parecían negros. Me tomó de las caderas y me acercó a él. Yo salte y lo rodeé con mis piernas, el posó sus manos en mis nalgas y las apretó fuertemente. Unimos nuestras bocas en un beso que distaba de ser suave, al contrario, era fuerte, posesivo, su lengua masajeó la mía con ansias, la Gabardina que cargaba quedó en el suelo. Andreas camino conmigo acuestas hasta un pequeño pasillo que daba a la habitación, me arrojó sobre la cama y me miró de una manera que hizo que cada parte de mi piel se estremeciera.

-Me vuelves loco, desde que te vi con este maldito vestido he pensado en por lo menos unas cien maneras distintas de quitartelo. No te quiero ver con el más puesto.- Dicho esto último, lo tomo por los bordes de el escote y lo rasgó hasta el término del vestido, mis senos quedaron expuestos, y solo una pequeña braguita de encaje me cubría mi zona íntima, el se relamió sus labios, cosa que se me hizo lo más excitante del mundo, me tomo de una mano y me alzo de la cama, quitó ambos tirantes de mis hombros y los restos de el vestido quedaron en mis pies. Me miró fijamente y me tomo de el cabello acercándome a él, unió nuestras bocas en un beso ardiente, cada vez más apretaba su agarre en mi cabello, mientras que con la otra mano me sujetaba de el cuello. Cosa que en vez de alarmarme me excitaba cada vez más. Un gemido escapó de mis labios al sentir sus dedos pellizcando mi pezón.

-Estoy pérdida..- pensé.

••••••••••••••
No me odien por dejarlo hasta aquí 🥺 pero fue necesario 😏 denle amor a mi historia si quieren saber el resto 🥺🥺🥺


CompradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora