Capitulo 5

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—Oh, Félix, amado mío. —suspiró tomando asiento a su lado.

Sintió la mirada de Félix sobre él, y sin necesidad de voltear a verlo supo que sus ojos expresarían duda, tal vez preguntándole qué andaba mal.

—Estoy muy cansado. —cerró los ojos, recostando cuidadosamente la cabeza en el hombro del rubio.

» Te extraño. Y sé que suena ridículo, porque saliendo del trabajo te tengo conmigo, dormimos juntos y al despertar eres lo primero que veo, pero siento que no es suficiente. Desearía con todas mis fuerzas poder salir, ¿recuerdas cuando fuimos a la pista de patinaje en hielo? Te veías como un ángel. No tenía idea que fueras tan buen patinador... ni tan flexible.

No pudo evitar reír al escuchar la risa de Félix, probablemente avergonzado por el tono que había usado.

—Hace mucho que no voy... es decir, la última vez fui contigo.

Alzó la cabeza, reacomodándose en su lugar para quedar a la misma altura del rubio... bueno, medio rubio. Las raíces de su cabello comenzaban a delatar que ya era necesario un retoque si quería seguir ocultando el castaño natural.

—¿Quieres que te decolore el cabello?

No espero respuesta, se levantó apresuradamente del sofá y corrió al baño por todo lo necesario. Al regresar a la sala comenzó a mezclar los ingredientes para hacer la pasta decolorante.

—Quédate ahí, puedo aplicarlo aquí sentados, son sólo las raíces. —se apresuró a decir al notar de reojo el movimiento de su novio.

Félix se quedó quieto en su lugar.

Changbin puso una de las tantas playlist que juntos habían creado mientras se ponía los guantes, listo para comenzar su trabajo.

—Recuérdame mañana ir por un tratamiento, tú cabello se ve sin vida.

Entre el alto volumen de la música alcanzó a escuchar a Félix agradeciéndole, usando un cariñoso apodo.

Félix, amado míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora