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⊱Narra narradora que narra cosas pa que tu leas ᐖ⊰
El joven pilar de la niebla caminaba en aquel pueblo lleno de gente buscando y comprando frutas, mientras caminaba jovencitas suspiraban con tan solo mirarlo, él en verdad era guapo.
—Buenas joven! que se le ofrece?—pregunto un señor en un puesto de frutas.
—A cuanto la sandía?—pregunto él joven pilar señalando las grandes sandías.
—A 3 monedas joven, y están bien dulces eh—agregó con una sonrisa él señor.
—Deme 2 por favor—pidió él pelimenta.
—Tome—dijo y le puso dos grandes sandías en su canasta donde ya tenía más frutas.
—Gracias—agradeció el pelimenta y le entregó 6 monedas.
—De nada y vuelva pronto!—dijo el hombre y el pelimenta se marchó.
—A Genya le gusta muchísimo las sandías—dijo en voz baja pensando en la sonrisa del azabache cuando comía sandías enteras, sonrió por eso y unas jovencitas que lo observaban dijieron en voz baja "¡Que lindo!" (perdón, yo era una de esas jovencitas xd 😿) .
Se encaminó a su residencia sonriendo, llegó y tocó unas veces la puerta hasta que fue abierta.
—Bienvenido Tokitō-san—dijo un joven azabache rapado por los lados sonriendole y dejándolo pasar.
—Te traje sandía—comentó el joven pelimenta dirigiéndose una mesa y dejando hay la canasta con frutas y siendo seguido por el azabache.
—¡Oh! Muchísimas gracias Tokitō-san!—agradeció el azabache sonriendole.
—De nada—respondió el pelimenta.
La tarde transcurrió normal con ambos jóvenes ayudanse a preparar la cena y divirtiéndose, terminaron de cenar y ambos se fueron a sentar en el suelo del patio donde se veía la gran luna brillante.
—Tokitō-san quería preguntarle algo..—dijo el joven azabache, él pelimenta lo volteo a ver.
—¿Pasa algo?—pregunto él pelimenta mirándolo.
—Usted cree que..nadie se enterará sobre esto?—pregunto, el pelimenta lo miro sin entender.
—¿A que te refieres?—pregunto confundido.
—Me refiero a que, si nadie se enterará sobre que usted me esta protegiendo a mi siendo un demonio, es un pecado que un pilar proteja a un demonio..nos asesinārān a ambos si alguien se entera de este secreto..me preocupó del futuro..—respondió agachando la cabeza angustiado.
—Tienes razón..es un pecado..pero..—hizo una pausa el pelimenta y agarro de las manos a él azabache.
—Estoy dispuesto a arriesgar mi vida por ti, te defenderé, pero si tengo la oportunidad, te prometo que buscare la cura para volverte otra vez un humano!—dijo seguro y decidido él pelimenta apretando las manos del azabache que lo miraba sorprendido.
