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     Era el día siguiente. Wooyoung estaba por salir de su casa con su hermano, ambos a sus establecimientos escolares correspondientes. Antes de salir, como era de costumbre, Wooyoung se puso sus lentes. Técnicamente no era necesario porque ya tenía el efecto hacia San durante tres meses, pero se los tendría que volver a poner de todas formas luego de eso, así que prefería usarlos igual.

     Antes de abrir la puerta, el hermano de Wooyoung le dio dos suaves palmadas en su espalda.

     —Tranquilo —le dijo, al ya estar notándolo preocupado.

     Wooyoung no dijo nada en respuesta. Luego de eso ambos salieron de la casa, y en un momento cada uno se fue por su camino.

     Cuando Wooyoung se encontraba solo de nuevo, y mientras más cerca estaba de su instituto, más sentía los nervios. No sabía cómo se comportaría, nunca se le había activado el efecto con una persona que ve seguido. Esta es su segunda vez, y la primera había sido con una persona que nunca más volvió a ver porque lo vio de repente mientras celebraba su cumpleaños número diecisiete con su familia en un restaurante, no lo conocía ni un poco. Pocos días después de eso, al preguntarse por qué seguía pensando en ese chico cuando con suerte lo había visto una vez, descubrió lo que tenía.
     Más experiencia que eso con su condición no tenía mucha. Eso era lo que en parte le asustaba. Además de lo otro.

     Siguió pensando en todo eso una vez Wooyoung ya estaba en su asiento. Sólo se quedó ahí, pegado.

     —¡Hey! — escuchó de repente la voz de Yeosang a su lado, la que lo sacó de su pequeño trance.

     —Oh, Yeosang, hola —dijo intentando sonar normal.

     Su amigo se sentó a su lado—. ¿Qué pasa? Me tomó cuatro intentos para que escucharas.

     —Oh, nada, sólo... Dormí poco hoy.

     Eso tampoco era tan falso. Le costó bastante conciliar el sueño la noche anterior.

     —Ya deja de dormir poco, algún día de estos volverás a olvidar tu mochila —dijo con algo de gracia.

     Soltó una pequeña risa—. Lo intentaré.

     La primera clase le costó un poco a Wooyoung. Intentaba concentrarse, pero tenía demasiados pensamientos en su cabeza. Demasiadas dudas.

     De repente miraba a San. Por suerte él se sentaba unos asientos más adelante de Wooyoung.
     Era extraño. Cuando lo miraba, se quedaba con la mirada pegada en él, pensando en lo bien que se veía. Desde antes que lo encontraba bastante atractivo, pero encuentra bonita a mucha gente. Ahora era el caso de San era distinto. Pero, de nuevo, no tanto como lo habría esperado. Lo malo era que no podía comprobar si en realidad le gustaba, porque estaba bajo el efecto de haberlo mirado a los ojos. Cualquier sentimiento que se pudo haber formado antes, ya no puede analizarlo bien, porque estaba siendo opacado todalmente por lo que sentía gracias a ese tonto efecto.

     Definitivamente le gustaba San en esos momentos, pero era un sentimiento falso, de cierta forma. Quería mirarlo más de cerca, quería tenerlo más cerca. Hasta pensó cómo se sentiría besarlo.

     Lo que no tenía claro era hasta qué punto esos sentimientos eran falsos. Quizás había una parte que era real. Quizás esa parte la había estado escondiendo inconscientemente antes de mirarlo a los ojos. Después de todo, siempre había tenido dudas sobre su sexualidad, y le asustaba la simple idea de tener esas dudas. Sabía que su familia lo aceptaría en cualquier caso, pero ¿y el resto? El resto le asustaba. Fácilmente se pudo haber engañado a sí mismo, por miedo al resto, pensando que sólo veía a San como un amigo, cuando quizás había algo más formándose dentro de él.
     Pero ya no podía saberlo. Al menos no hasta que pasen esos tres meses.

eye contact | woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora