♡ | 08

863 94 14
                                    

     —A ver, entonces...—dijo Wooyoung ya por una décima vez—. San... ¿Es mi alma gemela?

     —Sí, te lo he dicho unas diez veces ya —dijo con una gran sonrisa—. Investigalo tú mismo.

     Wooyoung suspiró al dejar caer su torso sobre el respaldo del sillón. No podía creerlo todavía. Era demasiado surreal. Sabía que existían las almas gemelas, ¿pero que él haya podido encontrar la suya? ¿Y además era la persona que le gustaba? ¿Cómo podía ser cierto?

     Su madre sólo lo quedó mirando, sonriendo, esperando a que reaccionara ante la noticia. Wooyoung estaba pegado, mirando el techo, intentando asimilar todo.
     Hasta que se dio cuenta.

     De un segundo a otro se volvió a sentar derecho y miró a su madre.

     —¿San es mi alma gemela? — volvió la pregunta, pero ahora con mucha más expresividad y no monótono como antes. La sorpresa finalmente se demostró.

     —Sí —repitió su madre riendo un poco.

     —Entonces, o sea, eso... No puede ser...—Volvió a dejarse caer sobre el respaldo del sillón. Poco después una pequeña sonrisa se formó en su rostro. Aunque no duró mucho en desaparecer por un pensamiento que lo hizo volver a enderezarse—. Alto, ¿qué pasa si ya no le gusto?

     Su madre soltó una pequeña risa—. Wooyoung, no pienses en esas posibilidades si todavía no ha pasado. Piensa en eso sólo si llega a pasar. Por el momento, enfócate en hacer lo que tenías planeado hacer... Sobre eso, ¿cuándo le dirás todo?

     —Mañana...

     —De acuerdo, entonces, intenta despejar tu mente, intenta no pensar mucho en esas posibilidades, y sólo quédate con lo que ya tenías planeado. Si pasa algo que no esperabas, ya verás cómo lidias con eso.

     —... Está bien...

     Poco después de decir eso, Wooyoung sólo quiso abrazar a su madre. Seguía con el pequeño temor de haber llegado tarde, pero el hecho de que era el alma gemela de San le daba cierta esperanza.

· · · · ♡ · · · ·

     Llegó al instituto. No llevaba sus lentes puestos. Ya no tenía por qué. Ya no los volvería a usar nunca.
     A pesar del ligero miedo que tenía por lo que pudiese pasar esa tarde, se sentía mucho más ligero sin esos lentes. Ahora finalmente podía ver el mundo como era, sin un filtro opaco que le impidiese ver su entorno tal y como se le era presentado. Caminó con un gran ánimo, viendo emocionado su camino al instituto.

     Una vez llegó y entró a su salón, se sentó en su puesto. Yeosang ya estaba ahí.

     —¿Wooyoung? ¿Qué pasó con tus lentes? —le preguntó confundido su amigo.

     —Oh... Ayer fui al oculista, pero era uno distinto al que veía normalmente. Dijo que no era necesario que llevara lentes todo el tiempo —dijo la historia que ya se había inventado camino al establecimiento.

     —¿De verdad? ¡Qué bueno!... Aunque algo extraño, nunca había oído de algo así...

     —Sí, yo tampoco... Pero bueno, mejor para mí —sonrió ligeramente.

     Continuaron hablando de otras cosas antes de que las clases comenzaran.

     Wooyoung ya se estaba acostumbrado a no poder concentrarse en clases. Últimamente habían estado pasando tantas cosas que no podía ignorar que ya hasta temía acostumbrarse a ser distraído.

eye contact | woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora