Hyunjin abre la puerta del edificio donde se encuentra el depósito y camina entre la soledad hasta el ascensor. Ahora todo el mundo se está marchando a casa después de un arduo día de trabajo mientras que él empieza a trabajar. En la parte de arriba de ese edificio hay una clínica privada en la que trabaja Felix y, por suerte, también trabaja de noche.
— Hola —le dice al guardia detrás del mostrador, quien se asusta y se le cae un dulce que estaba a punto de llevarse a la boca—. Lo siento, trabajo en el depósito, ¿debo enseñarte la identificación?
Con una mala mirada recoge su dulce y lo tira a la basura bruscamente. Es un chico joven de cabello castaño y mejillas rellenas que le causa algo de gracia a Hyunjin.
— Las puertas solo se pueden abrir con la tarjeta que te han dado, esa es tu identificación.
— Ah, claro, gracias —sintiéndose un poco estúpido camina hasta el ascensor y pulsa el botón.
Una vez abajo, saca la tarjeta y la coloca en el detector. Entonces, se abre la puerta. Puede darse cuenta de que las luces son automáticas y se encienden con el movimiento. Se coloca la bata blanca y se dirige directamente a la cámara fría.
Se asegura de que la ficha de los cadáveres este completa y estén identificados. Limpia la cámara y la mesa y luego se pasea por los pasillos. Son solo las diez de la noche, lleva dos horas y ha parecido una eternidad.
Se sienta en el escritorio de la sala principal y rebusca entre los cajones algo con lo que entretenerse. Ahí encuentra una pelota de tenis con la que empieza a jugar. Camina por los pasillos botando la pelota y acaba por sentarse en el suelo y rebotarla contra la pared y que vuelva a él.
Su móvil vibra en el bolsillo de repente, lo que hace que ese silencio en el que estaba tan sumido se rompa y pegue un pequeño salto en su sitio. Se trata de Felix.
— Hola, ¿qué tal te va? ¿Mucho trabajo?
— Si te soy sincero, no pensé que esto fuera tan aburrido.
— ¿No tienes nada que hacer?
— Ya he hecho de todo —responde—. He limpiado hasta la cámara, ¿desde cuándo no se limpia? Tenía tres dedos de polvo —escucha reír a Felix tras la línea.
— Encima estás solo, ¿verdad?
— Los muertos me hacen compañía —suelta de broma. Estaba claro que iba a estar solo en su turno, pues no hay trabajo que hacer.
— Muy gracioso —dice irónicamente—. Tengo un descanso en una hora, podemos tomar un café después.
— Sí, claro.
Un estruendoso sonido le hace levantarse de golpe, se trata de la alarma de la puerta de recogida, eso quiere decir que han traído un cuerpo.
— Tengo que dejarte, luego te llamo —cuelga sin esperar una despedida de parte del pecoso y se dirige a la puerta.
Allí hay una ambulancia en la que un joven moreno está sacando una camilla con un cuerpo envuelto en una bolsa negra y la arrastra hasta la puerta. Hyunjin pasa su tarjeta por el lector y la puerta se abre. El otro se le queda mirando unos segundos antes de decir;
— A ti no te conozco —dice como si él estuviera ahí todas las noches.
— Soy Hyunjin —se presenta cogiendo la camilla, la cual pesa bastante poco, y la adentra en el edificio.
— Yo Minho —este chico trae puesto el traje de conductor de ambulancia, color negro con algún que otro detalle fluorescente en color verde, además de una gorra—. ¿Dónde está Yeji?
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𝐁𝐑𝐄𝐀𝐓𝐇𝐄 ━━ 𝐇𝐇𝐉
HorrorHyunjin comienza su nuevo trabajo en una morgue y llega el peculiar cuerpo de un niño. ›› Portada hecha por -binnielly ›› Inspirada en la película "Cadáver"