Solo es una lagrima. (Paperhat)

[8]

-¿Es esto necesario, Doctor? .-soltó ligeramente incómodo, acompañado de un quejido soltando un líquido oscuro de su boca.

Sin que su subordinado lo observara se limpió rápidamente la mandíbula.
Parte de su maldad estaba siendo sacada de su cuerpo, y esas condiciones no le resultaban interesantes a la vista.

-Es para saber que es lo que le está enfermando. -mintió-. Tenemos que estar precavidos.

Eso último dicho era más para si mismo que dirigido para su jefe, ya que al final del día aún tenía algo de temor.
Ya que replanteó algunos detalles que había evitado inicialmente.
Pues el echo de que tenga corazón, no significa que no sienta ira o rabia.
Aún tenía que medir los poderes que mantenía, o si aún estaban con él o si se veían afectados.
Por eso mismo tendría que sacar unos nuevos artefactos para equilibrar sus acciones, o las emociones de su jefe.

-Las inyecciones solo atraviesan mi cuerpo. -mencionó el ente mientras acomodaba su cabeza en la camilla de operaciones-. Pero me alegra que le preocupe mi salud, doctor.

Flug se inquieto ligeramente ante ese comentario. Toda su mente centrada en la ejecución de sus ideales se vio bloqueada por la vergüenza.

Sonrió hacia él, aún detrás de la bolsa.
Pero antes de siquiera pensar en dirigir algún comentario positivo, un recuerdo cruzó su mente. Algo que se había recordado con anterioridad miles de veces en su laboratorio.

"Él debe pagar por el daño que nos acusó"

Y eso fue suficiente para hacerle sentir esa amargura en la boca.

Instintivamente volvió a su posición inicial, pues no debía doblegarse ante ese echo. Ya que lastimosamente parte de sus emociones solían jugarle una mala pasada.

"Debo ser mejor que él" se replanteó varias veces dentro de si mismo, intentando entrar en algo de razón.

Sus manos sólo se disponían a analizar la sangre y un par de químicos por si generaba alguna reacción.
En tanto Black Hat estaba echado mientras su oscura sangre era drenada de sus brazos.
Aún cuando notablemente parte de esta, ya tenía un color rojo más claro.

El silencio era ligeramente abrumador y incomodo para la criatura.
Aún cuando unas horas atrás había actuado como un bebé, ahora se sentía algo más confiado nuevamente. Era extraño. Pero su cuerpo se sentía en cambio constante.

-Diantres... -soltó el científico al ver que sus fórmulas le daban algo contrario a lo planeado-. Necesitaremos que se quite el traje, para ver su pecho, por favor.

El científico se alejo de la mesa y sin levantarse de su silla se movió en dirección al ser.
Se acomodó el cuello poniendo encima un estetoscopio, parecía realmente decidido a tener los exámenes de inmediato.

Black Hat se levanto de la camilla, acomodándose para sentarse, mientras aún mantenia su brazo recostado a un lado sin interrumpir el drenado de sangre.

-Tendría que ayudarme un poco para abrirme la camisa, ¿No cree? .-mencionó algo divertido mientras se desabrochaba los botones del saco color negro.

El científico ladeo la cabeza de lado mientras intentaba fingir un semblante de confianza.
Una parte de él estaba ligeramente avergonzado por la simple idea de ponerle un dedo encima a Black Hat. Pues sería la primera vez que se acercaba con su consentimiento.
Ya era un momento de cercanía demasiado vergonzoso a su parecer. Ya que principalmente quien le había puesto el drenado de sangre había sido el mismo Black Hat. Y ahora realmente era un tanto difícil digerir esas emociones de una sola.

"¿Tocarlo?¿Cómo diantres haría eso?"

Necesitaba esos chequeos rápido, no tenía porqué andarse apenado por comentarios así.
Por lo que casi temblando, acerco sus guantes en dirección a la cintura de su jefe, quien ya había logrado desabotonar su saco, y solo hacía falta su camisa y su chaleco.
Algo nervioso logro desabotonar el chaleco que tenía puesto cerca a la cintura, con mayor facilidad a la esperada.
Era un primer paso a poder quitarle el traje.
Pues, aún con algo de vergüenza, continuó dispuesto, a lo que prosiguió con la corbata. La aflojó inicialmente con algo de torpeza, ya que no comprendía mucho del manejo de una corbata bien sujetada. Pero luego de intentarlo múltiples veces, con algo de cansancio y ligera molestia, la desató, quitándosela de un lado.