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-Nerd, ¿Qué haces...?

Agitaba la silla del joven científico una y otra vez. Insistiendo a cada momento con intención de que respondan sus preguntas.
Realmente él estaba un poco acostumbrado a ese tipo de acciones, pero aún así hacia notar su rol de mando en el lugar.

Suspiro un poco y giro su silla para ver cara a cara a una de sus fallidas creaciones.

-Demencia, sabes que el tiempo es importante, ¿no?

-¡Sipi! .-asintió con una sonrisa que la caracterizaba.

-Oh, que bien que lo sepas. A mi en lo personal no me molesta el tiempo. Perooo, por más que no intente pensar en eso, lo necesito para trabajar. Todos lo necesitamos. Lo que quiero decir es que, te vayas a hacer algo valioso con tu tiempo, trayendome a mi un poco de paz.

La chica formo con uno de sus dedos de su mano una pistola.
Dirigiendola a su cabeza, para luego fingir disparar.
Ella no había comprendido lo dicho, por lo que solo hizo un ademán y sonrió.
El chico cogió de hombros a la chica y le acaricio la cabeza.

-Vamos demencia. ¿Puedes darme algo de privacidad?

La chica sonrió, se levanto haciendo que el científico quitara sus manos.
Se acerco a la puerta y se fue.

Eso era fácil. Pensó el científico.

"Demasiado fácil..." agregó a sus pensamientos.

Volteo a ver su escritorio notando la falta de un artefacto importante, y era uno que pertenecía a su proyecto personal. Su prototipo.

-No puede ser... ¡Demencia!

Gritó al cielo, mientras la chica que lo oía estallaba en risas abrazando al tremendo oso de tan lindo aspecto.

Corrió enseguida a la puerta y siguió gritando. Salio de su lugar de trabajo y fue en busca de la criatura.
Demencia emprendió marcha y corrió en dirección a su cuarto. Encondiendose en el techo.

Flug la busco por la cocina, el cuarto de 5.0.5 y la sala donde continuamente pasaba el rato su jefe.

-Maldición... Si llega a saberlo esto él, él seguramente...

Imagino sus últimos momentos de forma terrible. Tal y como había acabado el anterior chico.
Aquel chico que había sido usado como cascarón para Black Hat.
Aldo Maldonado...
Ese chico que Flug había engañado con amistad para que su jefe pueda vivir un poco más.

Su manera de recordar el escenario le daba náuseas. Ya que para que black Hat lo poseyera, necesitaba que aquel muchacho abriera parte de su pecho con un cuchillo.

"O no, eso no"  pensó.

El no iba a usarlo de esa forma. El no era siquiera uno en la lista como corbatín para su jefe.

Sabía que él aún lo necesitaba, pero que tampoco iba a darle algo de chance antes de morir en sus garras.

Tembló y volvió a pensarlo.
No podía dejar de imaginar su final. Era evidente que si sus jefe descubría el plano y el prototipo lo iba a tomar como traición.

Se empezó a poner nervioso y eso era lago que el no manejaba de buena forma. Sus ideas se detenían, sus acciones eran lentas y ya no podía evitar el descontrol en sus manos.

Miraba a todos lados y se sentía perdido, muy fuera de sí.

Sintió repentinamente una corriente de frío.

-¿Y el trabajo, Flug? .-escucho.

Gritó de parte, pero paro el gritó al saber de quién se trataba.
Miro para atrás y ahí estaba, esa vil reptil. Con su sonrisa de lado a lado, poniendo sus manos para atrás.

-Maldición, demencia. Casi me da un infarto.

Cogió su cabeza embolsada con molestía.

-Deja de temblar flug, ni que fuera el jefe.  .-rio apenas lo dijo.

El científico bufo.
Puso sus manos al frente esperando a que la chica se lo devolviera. Necesitaba el aparato, a pesar de que era muy poco probable de que su jefe apareciera.

Ella agitó la cabeza, negando de un lado a otro.
Lo miró con extrañeza no sabía que era lo que quería.

-Me aburrí tanto de esperarte en la cocina flug, y la verdad esto comienza a ser aburrido.

-No me importa Demencia. Yo no soy tu saco de risas, intento ser gentil, pero por lo visto a ti se te debe tomar por la fuerza.

Se le acercó y cogió su brazo.

-¿Y esto flug? ¿Qué acaso quieres besarme?

Flug al oír lo dicho se incómodo de inmediato. Demencia nunca había hecho esa clase de juegos.
Ella era una creación suya, era como una hija la cual, lo molestaba como si quisiera un juguete.
Nunca la había visto con otros ojos.

-Demencia... No hagas ese tipo de broma. Solo quiero que me lo devuelvas.

La chica rio otra vez.

-¿Devolver qué? Flug, si quieres un beso solo pídelo.

Le apretó el brazo. Y la miró con molestía.

-Basta Demencia. No te veo de esa forma. Actúas raro. Ahora mismo me causas-...

Se tenso y la miró a detalle.
Ella le causaba una sensación diferente pero conocida.
Era algo igual al...

-¿Miedo? .-rio mientras su risa se hacía más grande y gruesa.

La chica se empezó a transformar en ese ser negro.
Un par de tentáculos negros aparecieron.
Su rostro se deformo y su ropa cambio igual que su figura. De pies a cabeza se mostró como quién era en realidad. Black Hat.
Todo ese humo negro que apareció en el principio, había desaparecido.

-Jefe...

Estaba apunto de desmayarse. Estaba entre correr o gritar.

Sabía que las bromas de su jefe era algo de esperar, pero lo había olvidado.

-Crei por un momento que te gustaba Demencia, pero por la cara que pusiste, la cual fue merecedor de un premio, me veo obligado a decir que no.
Es gracioso pensar que con ella tienes valentía, mientras que conmigo titubeas y tiemblas. Algo lamentable.

-Yo-o...

-Sueltame, Flug.

No había notado que durante  todo el momento lo había agarrado con fuerza.

"Creía que ya lo había soltado." Pensó.

Lo soltó y lo miró con nervios, mientras el de sombrero lo miraba a detalle.

Sonrio con burla su jefe y lo hizo aún lado con fuerza. Ya había tenido suficiente diversión con una persona.

Flug por otro lado, no podía dejarlo ir. Necesitaba algo importante.

-¡Señor! .- voltio con miedo para atrás esperando a que su jefe lo oyera.

Black volteó, hizo aparecer un bastón. Puso sus dos manos encima y recostó su rostro serio.

-¿Ahora que quieres? Habla rápido.

"¿Será buena idea?" Volvió a dudar preguntándose a si mismo.

-Necesito su ayuda.

Solo es una lagrima. (Paperhat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora