1. Nacimiento

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Gogeta yacía perdido entre sus pensamientos todo el tiempo, parecía ser un tipo aparentemente frívolo y mezquino. Sin embargo, algo lo caracterizaba de los otros saiyans y era haber nacido directamente de una fusión de dos guerreros con poderes exorbitantes. De hecho, se pudiese considerar como un simple accidente, entre tanto esto aumentaría sus habilidades y afinaría el poder mental que corría por todo su espíritu.

“Debió ser una pena haber renacido así”.

“Serás objeto de ataques de todos tus enemigos y fama debido a tu potente Ki”.

Sin mencionar que este guerrero no tenía muchos recuerdos por separado, solo fue un accidente más en donde los supremos Kaio tenían la mayor parte de la responsabilidad. Querían que Gogeta estuviese con ellos porque tenerlo por separado significaba una potencial amenaza al planeta Tierra y a la galaxia infinita ya que Goku y Vegeta siempre se andaban metiendo en problemas con su necedad de pelear y hacerse más fuertes.

Aun cuando lo tuvieran catalogado como un saiyajin potencialmente peligroso Gogeta solamente mantenía el orgullo y ego de su raza, aunque sus amigos y conocidos lo quisieran humanizar este no cedía por su naturaleza guerrera.

Así que Gogeta pretendió vivir completamente solo, allá en un campo muy lejos de la civilización en donde disponía de comida, agua y Sol para poder subsistir.

***

Ese día Gogeta se encontraba muy intranquilo, si algo lo caracterizaba era ser muy intuitivo, había estado agudizando más su sentido del oído. Estaba intentando meditar o al menos eso creía estar intentando.

—¿Qué me está pasando? — se cuestionaba a si mismo—.

Gogeta lanzó molesto una ráfaga de Ki hacia una pila de montañas, de inmediato una columna de polvo se presentó ante él, el incesante ruido de aquella explosión retumbaba en el perímetro. Después de todo no había puesto en peligro a ningún ser humano.

—¡Maldición— exclamó irritado—.

El pelirrubio se teletransportó hasta el riachuelo cerca de su cabaña y notablemente se percató de que evidentemente estaba perdiendo peso y por ende masa muscular. Pensativo estuvo durante los siguientes minutos, Gogeta tenía un apetito enorme, de hecho, se podía devorar un dinosaurio completo porque su cuerpo requería los suficientes nutrientes y proteína para subsistir. Sin embargo, aun con ello su cuerpo estaba adelgazando y perdiendo volumen.

Estuvo observando su silueta en aquella cristalina agua fijamente, por un momento sintió como su cuerpo se recubría con una paz profunda. Suspiró e ignoró su condición. Pero de repente una imagen de alguien posando por detrás de su espalda yacía sarcástico. Inmediatamente giró su rostro y no sintió algún Ki sospechoso.

— Me estoy volviendo loco— acotó para sí mismo con el rostro pálido y se colocó de rodillas para tomar entre sus palmas un poco de agua fresca y quitarse ese susto.

A Gogeta no se le cruzaba por la mente tener de rival a una persona tan parecida en una realidad alterna. Es más, pensaba que su cerebro le estaba jugando una mala pasada o simplemente eran alucinaciones producto de la condición física en la que se encontraba.

—Te vas a arrepentir por haber llevado tan lejos tu actitud insolente, Gogeta— la voz se clavó en sus tímpanos y con ello se levantó de un salto mirando confundido a todos lados intentando buscar quien estaba llevando a cabo esa broma de mal gusto.

[ Dulce adiós] Vegetto x Gogeta. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora