[ Dulce adiós] Vegetto x Gogeta.

Capítulo 10.

No… no encontraba un rayo de esperanza en esta oscuridad, sus días se hacían tan deprimentes y sobretodo inestables. Después de todo, Vegetto hizo que Gogeta sacara lo peor de su ser, porque teóricamente él también es un saiyajin y tenía un carácter fuerte. Pero se conformaba con ver la belleza de la Luna con los halos de luz que inundaban su visión, lo distraía de cualquier pensamiento negativo. Estaba consiente que para este momento Vegetto estaba por arriba de su nivel considerándose así mismo como un semi dios. Y ¿Cómo podía siquiera expresar sus emociones si ni siquiera tenía empatía por sus sentimientos? No,  estaba bastante agotado.

Así que siguió cooperando con la dinámica que ambos tenían. De hecho, comenzó a fijarse más en los patrones de comportamiento que este tenía, inclusive las mínimas cosas que él mismo no notaba le parecieron ¿bellas? Sí, muy hermosas. A los ojos de Gogeta era un hombre inalcanzable, ¿Cómo alguien como él con tanto poder y alcance pudiera estar con alguien que estaba siempre segundo? Era inaceptable y no era correcto.

¿Por qué a veces su forma de hablarle tenía dos connotaciones? ¿Acaso estaba jugando con su mente? Sí, lo estaba. Se sabía que Gogeta era un hombre independiente,  fuerte e intimidante por sí solo, nunca necesitó de nadie más.  Pero por qué cuando el aparecía su espíritu se desmoronaba a cuenta gotas, poco a poco. Pareciera ser que aunque Gogeta se esforzara por intentar agradable y gustarle o tan solo llenar sus estándares no lo lograba e iba cavando su propio hueco. Con la psique totalmente cambiada y con la moral rota, muy rota. Al menos agradecía que todavía no hubiese tomado “eso” muy íntimo que aun preservaba, pero bastaban algunos días para que esto se vaya a esfumar.

Era muy molesto tener una baja autoestima, generalmente las personas en su universo lo llenaban de palabras positivas, de cumplidos y expresiones que marcaban la diferencia. Pero Vegetto le movió completamente el panorama a tal grado de pensar que esos cumplidos siempre fueron mentira, que él decía la verdad absoluta y no debía creerles a los demás; mencionaba que todos esos eran hipócritas y nunca fueron sinceros.

Demasiado triste, él se sentía muy deprimido y no entendía que Gogeta solo era un peón en una partida de ajedrez. Se coronaba como protagonista… de un abuso silencioso.

Gogeta sollozó, que bueno que nadie estaba en ese lugar nadie lo podía observar. Pero relativamente esto era una suposición,  Vegetto estaba observándolo todo el tiempo, y sí lo escuchó quejarse.

—Sucede algo ¿Gogeta? — lo interrogó con un semblante un tanto preocupado, se agachó para poder acariciarle la mejilla y limpiarle las lágrimas. 

—     Yo… ¿Por qué sin darte cuenta me haces daño? — le preguntó también mientras seguía lagrimeando.

—     ¿Por qué siempre te quejas de todo? Eres muy difícil de tratar, ¿qué no ves las cosas que yo he hecho por ti?  — espetó sin pelos en la lengua Vegetto.

Gogeta frunció el ceño ante esas palabras —te refieres a alejarme de mi universo y tenerme en este lugar debilitado y moribundo — dejó escapar las palabras como el último destello de su orgullo pisado que quedaba esa parte arrogante de Vegeta que habitaba en él, Vegetto frunció el ceño ante esas palabras mirando el destello desafiante en esos ojos esmeralda. —

—     Debí haber hecho caso a los rumores sobre ti— Gogeta le dijo a Vegetto en la cara, ya bastante cabreado. Para Vegetto esto fue como una respuesta inmediata para encender su furia —estúpido, escoria de mierda— le escupió en la cara tomándolo de los cabellos y golpearlo contra el suelo con mucha fuerza. Gogeta le sonrió victorioso, sabía que tenía razón  sintió como el desprecio albergaba cada parte de su interior aún si llegaba a sentir amor por él,  en ese momento supo que le pudo herir el orgullo, Gogeta pensaba que había ganado.