No era más que una lucha de poderes sin sentido. Gogeta nunca pensó en derrocar el lugar de Vegetto, es más jamás se le cruzó por la mente el estar negociando con alguien que también nació producto de una fusión; con la diferencia de que este tenía zarcillos unos muy brillantes por cierto y no, no era metamoru, eso se notaba a kilómetros. Pero Gogeta tuvo la mala suerte de caer en una línea temporal alterna en donde no había límites y la guerra era el pan de cada día, no había alguien potencialmente peligroso hasta ahora. ¿Cómo era posible que una dualidad de maqueavelismo coexistiera en él? Sin dudas odiaba esa idea, también renegaba que este fuese ligeramente superior. Como si lo poco de bondad que quedase haya desaparecido.
—Suéltame— Gogeta espetó, como se caracterizaba uraño y rejego. Odiaba la idea de que esos guantes lo tocaran sin respeto, sin dignidad. Como si se tratase de cualquier persona o ser.
— ¡Mírate! ¿De verdad eres un saiyajin? Eres una vergüenza para nuestra especie — agregó sarcástico.
Si bien era cierto que Gogeta era sumamente paciente no cayó ante las provocaciones del pothala. Además, no estaba en condiciones de ofrecerle un combate digno y menos en este lugar en donde vivía este ser, estaba completamente en desventaja. Solo que realmente la idea de haber nacido en este cuerpo para siempre le daba repelús y más, cuando sentía que su espíritu se le salía día con día y su debilidad se presentaba.
—Yo solo quiero respuestas... — acortó sus palabras y de inmediato le apuntó con su palma, haciéndole saber que usaría su castigador de almas aunque le costara la vida. De igual forma, no pensaba usarlo no era ingenuo y estaba consiente del daño que esto implicaría.
Como era de esperarse esto desató la ira del pothala. Así que sin más preámbulos, lo tomó de su chaleco desgastado y golpeó justo por encima de las costillas un rápido, potente y eficaz puñetazo sobre la boca de su estómago. Sí, trató de esquivarlo pero inclusive sus sentidos se estaban apaciguado por la falta de ki. El impacto fue tal que sus ojos se pasmaron, tosió algunos chorros de sangre y se desvaneció a los segundos.
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La noche eventualmente caía sobre ese lugar, la molestia sobre su estómago lo despertó. Gogeta yacía arrumbado en un lugar oscuro, tétrico y desolado. No había señal de vida más que algunas telarañas e insectos ponsoñozos sobre aquél ¿ático o sótano? No sabía simplemente se incorporó y notó que tenía una cadena sobre su cuello, extensa y resistente trabajada con un material que no estaba disponible en el planeta Tierra ni en su universo.
— ¿Qué es este lugar? — se cuestionaba con incredulidad, tambaleante apenas y pudo ponerse en pie. Él se asomó a un charco de agua y observó su reflejo altamente demacrado lo acompañaba la luz de Luna, sus labios estaban magullados, heridas evidentes sobre estos resultaban en su pálida piel. Y el color negro base de su cabello apareció. Claro que no era buena señal.
Adolorido se encaminó por ese sitio, apenas unos candelabros inundaban el lugar. Era como si una especie de ki malévolo inundara ese lugar, tragó saliva y siguió investigando esta zona.—Si sigo en este lugar moriré — afirmó Gogeta como si nadie lo estuviese escuchando.
A lo lejos el sonido de unas botas acercándose golpeaba sus tímpanos un paso tras otro y esto lo colocó de inmediato en guardia, por inercia su diestra yacía en donde anteriormente había golpeado el castaño. Giró brevemente su rostro, era él.
— Mi estimado metamoru, ¡es un placer volvernos a ver! — exclamó con burla, de inmediato este balanceó su brazo y le regaló un intento de "apapacho".
—Vegetto— dijo Gogeta con una evidente impotencia.
—Oye... Yo no vengo con el fin de destruirte. Sé que tú tienes la cura para mis males... No te conozco, ni tengo el interés de conocerte— dijo con la voz claramente débil, Gogeta estaba harto de todo lo que tuvo que asimilar como para tener más disgustos en esta realidad.
— Realmente sí que eres un pobre diablo y cucaracha insignificante. Me das vergüenza, me das asco y nada más con el hecho de verte me hace que se me revuelva el estómago. Pero no, no pienso ayudarte. De hecho pudiera matarte aquí mismo pero ¿por qué no jugamos un rato? — cuestionó, su semblante se volvió sombrío de golpe y en forma de juego le tiró brevemente del mechón de cabello.
Gogeta nada más quedó en silencio, sabía que probablemente moriría por segunda vez en ese lugar. Tragó saliva y enojado apartó la mano de su captor.
— ¿Qué quieres que haga entonces? — le preguntó irritado, una ligera vena se marcó en su ceño. Suficiente humillación con la cadena en su cuello como para que este le diera a entender que sería como su juguete o su muñeco de trapo. Tan fácil era usar la teletransportación, pero joder que cansado se sentía.
Gogeta no pudo mantenerse más tiempo en pie y cayó de rodillas frente a él.
— N-no pienso hacer eso es humillante y un golpe a mi orgullo saiyajin— si, Gogeta ya estaba imaginándose lo que le esperaba. Sabía las intenciones del pothala, era capaz de pedirle que se humillara mientras él se deleitaba la vista con ello.
— ¿No lo harás? — cuestionó el pothala elevando su ceja —no me dejas otra opción— añadió triunfante y tomó al hombre moribundo de su chaleco.
—Vamos, pídele perdón a tu lord y consideraré alimentarte en la semana— agregó y con esto Vegetto relamió una cortada de la mejilla del metamoru, deleitándose con su dulce sabor. Pensaba que con esto su esclavo tuviese más tranquilidad, aunque realmente el hecho de verlo acorralado, golpeado y débil a Vegetto le despertó un deseo inmoral por su "hermano" por esa fusión hermana. Después de todo ahora le pertenecía y era su nuevo juguete.
— ¡Basta! — el metamoru forcejeó, esto era demasiado humillante no quería escucharlo más su ceño estaba fruncido, sus manos trataron de apartarlo pero era claro que ni convirtiéndose en super saiyajin lo vencería.
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[ Dulce adiós] Vegetto x Gogeta.
FanfictionPrólogo: Gogeta el protagonista de nuestra historia, se sitúa en una tormentosa relación con Vegetto un guerrero con habilidades diferentes y con un nivel de pelea evidentemente superior. En vista de que juntos no podían estar se van envolviendo en...