Capítulo 1.

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Gogeta nuestro protagonista principal nació de un error hecho por los supremos kaioshin. La fusión nunca se pudo deshacer y fue destinado a vivir como un solo ser. Gogeta poseía técnicas de ataque muy novedosas y significativas, se distinguía por ser el guardián de proteger la Tierra.

Él es un saiyajin aparentemente tranquilo, le gustaba seguido estar a solas. Sin embargo, muy en el fondo le disgustaba la soledad su unificación lo hizo sentir bastante incomprendido y solitario. Se estaba adaptando a su nuevo estilo de vida.

Después de aquella sorpresa en el lago de agua cristalina una extraña sensación invadió su sexto sentido. No era buen presagio que un ser tan idéntico a él se le apareciera en un ¿dejavu? , a diferencia de su físico este ser poseía dos mechones colgando de su cabello y parecía estar más confiado de sí mismo.

Pero Gogeta estaba tan agotado que no podía retener toda la avalancha de pensamientos negativos que lo hundían en más y más agotamiento físico. Estaba hambriento y por más comida que llegara no se reponía, de hecho adelgazó aún más, sus músculos se empezaron a perder y comenzaba a preocuparle.

—Veamos...—  dijo Gogeta en un hilo de voz bajo mientras yacía recostado en un campo de césped mirando las nubes viajar.

Gogeta estaba tan cansado que sus párpados se fueron cerrando por sí solos. Sin embargo, un fuerte Ki hizo que reaccionara impulsivamente.  Aquel sujeto extraño estaba delante de su inerte cuerpo, un aura lúgubre y negra invadía ese Ki, pero Gogeta aún tenía esperanza que se redimiera.

Finalmente el guerrero de la Tierra débilmente se levantó como pudo y lo enfrentó.

— ¿Por qué estás aquí? — le cuestionó con ira.

— Mírate, eres un ser sumamente patético. Me das lástima. ¿Dónde está tu orgullo hermano? — Vegetto le respondió con frivolidad. Probablemente la respuesta a tu enfermedad la tengo yo— añadió mientras de su pantalón azul buscaba en su bolsillo.

— ¿Patético? No me hagas reír. Deja tu egocentrismo en otro lado. — Se quedó en silencio durante algunos segundos. Gogeta lo miraba con mucho asco, no sabía por qué le provocaba un sentimiento muy intenso de querer  patearlo hasta que no emitiera sonido alguno.

—Gogeta... ¿Sabes que no eres nadie en esta infinita galaxia, verdad? — Vegetto le cuestionaba con total sinceridad, de hecho sacó aquella semilla entre sus dedos. —Probablemente lo que estás buscando es ésto— Vegetto con total tranquilidad se la comió y la fue masticando, por alguna razón no la tragó.

Gogeta no entendía absolutamente nada y no dijo palabra alguna. Vegetto a su vez, se teletransportó  y le plantó un beso. Y le pasó aquella semilla, Gogeta lo miró atónito y con sus pocas fuerzas que le quedaban lo trató de alejar. ¿Por qué hizo eso? Le generó asco en el momento. Sin embargo, Gogeta como pudo tragó y para vengarse de ello se atrevió a morderle el labio inferior, lo hizo sangrar. Y es que estaba completamente indispuesto a permitir que un extraño se burlase en su cara.

Vegetto se separó, con su guante limpió la herida expuesta y sangrante y ni se inmutó de hecho parecía disfrutarlo. Gogeta a su vez, apenas y sintió como algo de energía regresaba a su cuerpo quedando en shock. ¿Cómo era posible que una insignificante semilla le devolviera algo de su fuerza?

— ¿Dónde puedo conseguir eso? — Gogeta gritó exaltado.

— Son mías, no pienso dártelas— le contestó tajante. — Es más hermano. Te dejaré sufrir como el bastardo que eres hasta que yo decida si te doy o no— con esto Vegetto coloca sus dedos en su cien y desaparece de aquél lugar.

[ Dulce adiós] Vegetto x Gogeta. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora