Dos

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Dos: Protocolo perros sarnosos, pulgosos, andrajos, indeseables.


Dolla' bills, dolla' bills watch it fallin' for me, i love the way that feels—canturreo Rindo mientras comenzaba a tirar el dinero sin nada de cuidado en la cara de Kokonoi.

—¡Joder, no!—chilló Koko—Olvídate de todos los billetes que cayeron encima de mí.

—¡No! Necesitamos el dinero—Ran se apresuró a quitar todos los billetes que su hermano había tirado encima del peliblanco, rápidamente una pequeña lucha por el dinero se formó entre los dos hermanos y Koko.

—¿Qué está pasando?—cuestiono Kakucho, que iba llegando junto con Draken, Wakasa y Benki.

—Que este palurdo me aventó su paga en la cara, si no quiere el dinero no hay necesidad de ser así.

—Palurdo—repitió riendo Benki.

—Solo me emocione que hoy es día de paga, Kokito—suspiro Rindo mientras seguía recogiendo el dinero—Deja de ser tan amargado.

El peliblanco blanqueo los ojos y le arrebato un par de billetes al pelimorado.

—Descontado por daños a la moral al administrador de Bonten—dramatizo el chico y Ran maldijo en voz baja.

—Me lo voy a llevar antes de que ocurra algo más—expreso el mayor de los Haitani tomando de la corbata a su hermano menor.

—¿Mikey ya vino a cobrar, Koko?—preguntó Draken mientras caminaban hacía la salida.

—No, tampoco Baji—Koko le dio una mirada a Wakasa—¿Tú que mierda haces aquí? Te dije que tenías cancelado el dinero del mes, Waka-Waka.

—¿Qué? Debes estar bromeando.

—No.

—¡Kokonoi!

—Advertido estabas.

Ambos hermanos salieron por la puerta de la oficina de Kokonoi, cerrándola sutilmente a sabiendas de que hacer enojar al peliblanco a veces llevaba consecuencias bastante caras.

Una vez que comenzaron a moverse por aquella casona que servía como guarida de los ejecutivos de Bonten y que se aseguraron que nadie los escuchaba, Rindo se atrevió a preguntar:

—¿No crees que nos manden a la mierda, Ran?

—¿Por qué lo harían?

—Nunca fueron realmente de muchos regalos...

—Pero esos anillos son prueba de que estamos realmente arrepentidos.

Rindo iba a decir algo más, pero la cara ilusionada de su hermano no se lo permitió, así que solo opto por seguir en silencio a su hermano hacía su destino: recuperar a los amores de su vida los hermanos Kawata.

Fendi había sido su marca favorita desde que tenían uso de razón, incluso Rindo siempre había sospechado que se habían terminado involucrando en las pandillas solo para poder solventar los gastos de toda la ropa y joyería que querían adquirir de esa marca, al final del día se salían bastante caros a sí mismos para costearse dichos lujos teniendo un trabajo común y corriente.

Y también esa era una de las razones por las que ahora en dos cajitas de anillos descansaba un bag bugs ring con detalles esmaltados, en tono dorado, aparte del logo de Fendi que se hallaba en la parte posterior tenía una ligera inscripción que había costado un par de miles más, pero que, aunque fuera lo más cursi del universo, valía totalmente la pena. Así como había valido totalmente la pena haber pagado aún más porque el envío y la producción hubieran sido realmente rápidas.

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